LOS PUEBLOS DE GUADALAJARA TAMBIÉN TIENEN INVIERNO

El final del verano llegó y tu partirás” es una de las estrofas de esa canción mítica que interpretaba el Duo Dinámico, y que tanto calaba en todos los guateques y discotecas españolas en una clara alusión a un amor veraniego abandonado. Y, de un modo muy parecido, ahora dejamos igual nuestro pueblo al destino como dejábamos esa novia estival. En verano todo explota y se transforma, pero los pueblos también tienen otoño e invierno, incluso primaveras.

Ahora esas plazas, esas calles, esa barra del bar empieza a quedarse vacía en esos pueblos donde Guadalajara se vuelve silenciosa, en esa otra España rural que pasa la mayor parte del año viendo cómo el lugar envejece, solitaria, como los más jóvenes no paran de irse y cuesta retener siquiera los servicios más básicos.

Muchas familias siguen yendo a los pueblos porque tienen un arraigo que viene de los padres, de los abuelos, pero viven fuera. Pasan los veranos en ellos y siguen volviendo para las fiestas; pero ¿qué ocurre cuando llega el final del verano? ¿Cómo mantener el arraigo durante todo el año y también año tras año y generación tras generación?

Me comenta Julia, una octogenaria, de un precioso pueblo guadalajareño situado en una de las denominadas “zonas de extrema, intensa y en riesgo de despoblación” que en su pueblo se triplicada la población en los meses de verano, pero que “por aquí se sigue perdiendo vecinos y que es difícil encontrar personas que se quieran empadronar y venir a vivir todo el año”.

¿Puede resistir un municipio con todos sus servicios simplemente con veraneantes?

No se trata de llenar los pueblos de gente en verano y de aumentar empadronamientos irreales sino de aplicar políticas y estrategias más contundentes en favor del mundo rural mediante medidas reales de promoción de la actividad productiva y el empleo y contra el aislamiento geográfico, para que estas zonas tengan buenas y atractivas posibilidades de trabajo, de comunicación. Años atrás me decía Julia “el pueblo tenía cajero del banco, pescadería, escuela, panadería y algun bar más”, actualmente solo queda un bar que sobrevive a esa emigración de la población hacia las ciudades. Esta es la situación y las circustancias de muchos pueblos guadalajareños con un futuro incierto.

Nuestros dirigentes políticos cada vez utilizan más los fondos europeos de desarrollo rural para subvenciones varias, lo cual es erróneo si se pretende fomentar la economía rural. Si realmente se quisiera un renacimiento rural deberían surgir de las fuerzas del mercado, tanto del mercado laboral como el mercado residencial. De esta forma si se frenaría de una forma real la pérdida demográfica y se revertiría el fenómeno de la despoblación.

Para muchos nuestras raíces, nuestras costumbres y tradiciones provienen de nuestros pueblos. Y es por ello que debemos seguir trabajando para cuidar y proteger esa España despoblada que lucha cada año por seguir viva.

GUADALAJARA: GRANJA SOLAR

Deberían haber visto la cara de mi amigo -que vive en un municipio ribereño guadalajareño- cuando le comenté que el Gobierno de España había aprobado el pasado mes de julio un real decreto que regulará la instalación de plantas fotovoltaicas flotantes en embalses en el dominio público hidráulico. “No tienen suficiente con el conflicto que están generando en los pueblos por la instalación de fotovoltaicas que ahora quieren también hacerlo con nuestros pantanos” me decía muy cabreado.

Las tierras que pasaron generación tras generación de padres a hijos y que en muchos casos se arrendaron porque no las explotaban, pero que permitían mantener su uso de cultivo para producir alimentos, ahora, en muchos casos están siendo convertidas en campos fotovoltaicos tras propuestas mucho mas jugosas que las que da la agricultura y en otros casos por imposiciones expropiatorias. Ahora reciben ingresos fáciles, aun a costa de eliminar a los agricultores y a los ganaderos de sus zonas tradicionales de trabajo.

Poco a poco el paisaje guadalajareño se va llenando de placas solares y nuestros campos están perdiendo el uso prioritario de se tierras agrícolas y ganaderas para la producción de alimentos. Si no nos defendemos de ello y protegemos nuestra despensa no seremos capaces de garantizar la soberanía y la seguridad alimentaria. La agricultura y la ganadería lleva señalada desde hace años y se está produciendo un desmantelamiento del sector que agoniza lentamente sin que los dirigentes políticos pongan soluciones rotundas de apoyo y protección a nuestros ganaderos y agricultores, para que se les respete, se les valore y se les deje trabajar en paz y con rentabilidad. El campo español agoniza, está ahogado por la burocracia y políticas medioambientales ultraconservacionistas injustas y poco razonables, hechas desde los despachos sin tener en cuenta ni a a agricultores y ganaderos ni a sus montes y campos y ecosistemas. Poco a poco nos están dejando sin tierras de cultivo. La escasez y la subida de precios será el efecto colateral que sufriremos por ello.

Hay un plan de energía que está sujetado en el cambio climático y permitido por ciertos ayuntamientos voraces, que están acorralando a los legítimos propietarios que en muchos casos tienen que acudir a los tribunales en defensa de sus legítimos derechos porque las administraciones no velan por el cumplimiento de la legalidad y la protección del territorio; no sólo desde un punto de vista medioambiental, sino en la medida en que genera riqueza agropecuaria.

Muchos guadalajareños sí queremos energías alternativas pero no así. No es extraño que muchos vecinos hayan empezado a movilizarse para pedir que se replanteen los planes actuales y que se busquen alternativas con un menor impacto ambiental que no degrade el paisaje, que no cambie los ecosistemas y tampoco el sistema productivo de la zona al tener que por ejemplo talar olivos, almendros y dejar inutilizada la tierra, generando poco beneficio económico y no creando puestos de trabajo.

Ayuntamientos que votaron a favor de construir autenticas granjas solares como el de Guadalajara, el de Yebes- Valdeluz, Peralveche, Budia, San Andrés del Rey, Almadrones, Budia, Gárgoles de Arriba y Henche, entre otros, deberían ser objeto de una regulación específica y cumplir las garantías medioambientales de verdad, respetando los paisajes de alto valor ambiental y no responder a intereses privados ni de partidos políticos ni de macroempresas energéticas. Nuestros dirigentes políticos deberían salvaguardar por un lado la defensa del territorio, de nuestro patrimonio natural y de los derechos de sus habitantes. Deberían exigir orden, una normativa, una reglamentación en su construcción que ponga fin a la especulación y a la mafia que rodea esta instalación de macroplantas en tierras de cultivo y no participar y connivir con ello cerrando los ojos y poniendo la mano.

Guadalajara se está convirtiendo poco a poco en la granja solar española. Hay muchos intereses por convertir esta zona de la meseta central tan soleada en un escenario económico energético con la implantación de energías renovables por grupos energéticos y fondos de inversión extranjeros muy fuertes. Y no piensen que la capital se libra de ello; en el mes de Junio el Ayuntamiento de Guadalajara daba luz verde a la implantación de dos proyectos de instalaciones solares en el municipio, uno de ellos compuesto por cinco plantas solares, bajo la denominación “Oliva Solar”, y sus instalaciones de evacuación, en la zona de Usanos, y otro que de la infraestructura de evacuación de la planta solar fotovoltaica Obenque Solar, línea que atraviesa parte del municipio… Y todo bajo el fundamento que era “de interés general para la ciudad”.

La situación es crítica; donde se instalan placas solares la tierra queda inservible para la agricultura durante décadas. Las macroplantas eólicas, además de causar contaminación visual y ambiental, provocan la muerte de miles de aves protegidas cada año. Además las placas fotovoltaicas producen impactos ambientales en su fase de fabricación, dado que en él se utilizan materiales como el silicio, el litio, el cadmio o el germanio, en cuya obtención se emplean materiales peligrosos para la salud humana y el medio ambiente. Y por si esto fuera poco, el sistema más empleado para almacenar la energía producida por las renovables son las baterías de iones de litio, caro en su producción, contaminante, con poca vida útil y con dificultades para su reciclaje.

Page o paje

¿Cómo se escribe paje o Page? para definir al criado cuyas funciones son las de “acompañar a sus señores, asistirlos en la espera de las antesalas, atender al servicio de la mesa y otras actividades domésticas”.

Hace un tiempo ya que esta duda ortográfica nos ronda por la cabeza a muchos a la hora de escribir. Para poder resolverla definitivamente debemos tener en cuenta una serie de normas que nos ayudarán a saber si se escribe con ‘g’ o ‘j’ y también necesitamos entender como funciona la democracia y la disciplina de voto dentro de todos los partidos, para de esta manera resolver una duda que es muy común últimamente.

La Constitución tiene un artículo en el que se insiste que los diputados tienen libertad de voto y que los partidos y sus élites dirigentes no pueden imponerles una disciplina para sus apoyos, votos en contra o abstenciones. Se trata del 79.3, que dice que “el voto de Senadores y Diputados es personal e indelegable”. A pesar de que la Constitución diga esto los partidos tienen mecanismos internos para garantizar y asegurarse que todos sus diputados voten de acuerdo a lo impuesto por los mandamases del partido que les colocan en esas listas y en esos puestos. Todos los partidos tienen en sus normas de funcionamiento y reglamentos internos artículos que les imponen estar sujetos a la unidad de actuación y disciplina de voto y a los “principios de unidad de acción y disciplina de voto”, con multas y sanciones muy cuantiosas si esta se rompe que incluso, en algunos casos, contemplan la expulsión. Todos los partidos.

Hoy, se habla mucho del margen de libertad que ostentan los miembros del Parlamento a la hora de cada una de las votaciones a las que se enfrentan. Aquí en Guadalajara al exalcalde socialista Alberto Rojo, que votó finalmente ‘sí’ a favor de la Ley de Amnistía -que supondrá la condonación de delitos como terrorismo, lesiones graves o corrupción a cientos de procesado por el golpe independentista catalán- se le ha tachado de traidor y deshonesto por parte del resto de partidos políticos. ¿Y que habrían hecho ellos en el supuesto caso de encontrarse en el pellejo de Alberto Rojo? Pues lo mismo, acatar las ordenes del partido y de la disciplina de voto. ¿Y que harían en el caso de la votación para la Ley de financiación singular para Cataluña? Pues también lo mismo: acatar sumisamente las ordenes de las élites de su partido, cumplir las ordenes de su señor, acompañarlo, aplaudirle, “asistirlo en la espera de las antesalas, atender al servicio de la mesa y otras actividades domésticas”.

Por ello, es preciso hacer una reflexión sobre esta invisibilidad del voto libre y sobre las consecuencias del voto obligado y del mandato imperativo dentro de los partidos; y de como nos enfrentamos a esa dicotomía entre el derecho de autoorganización de los partidos políticos, previsto en el artículo 22 de la Constitución Española, y el derecho del diputado a su voto personal, libre e indelegable del articulo 79.3; así como el derecho de los afiliados a un determinado partido a permanecer en él, a participar en su organización y funcionamiento democráticos, así como ejercer el derecho de representación política con plena libertad de expresión (artículos 20 y 23 de la Constitución Española).

Esta disciplina de voto es un invento de las élites de los partidos para tener bien atado todo. No existe en ninguna democracia, lo que ocurre es que estas élites secuestran y esconden la libertad de voto. Os voy a contar un pequeño secreto: la disciplina de voto no existe, ni en España ni en ningún sitio. Simplemente, la libertad de voto está bien escondida bajo las decisiones interesadas de los líderes de cada partido, que anteponen estrategias electorales y conveniencias espurias como la de preservar el poder e imagen de y en su partido.

Todo esto nos indica que las revoluciones abiertas y explícitas dentro de los partidos son increíblemente inusuales, ya que ningún líder político medio sensato es lo suficiente estúpido como para hacer frente a los que mandan en el partido y que les colocaron ahí, en ese puesto y con ese sueldo. Están bien atados en corto. En todos los partidos.

La inmensa mayoría de votantes no presta atención a esas cosas y los que hemos luchado desde dentro para cambiar las cosas y potenciar una nueva ley electoral que democratice nuestro sistema somos “escupidos” por el sistema y por esas elites perversas de los partidos que intentan servirse de la Política en vez de servir a la Política. Pero ese es otro tema.

GUADALAJARA Y SUS ISLAS

Greenpeace ha realizado un estudio en el que ha analizado los planes de adaptación y medidas de mitigación para cuidar y proteger a la población de los efectos del calor extremo de 15 municipios españoles.

De los municipios analizados, Guadalajara está a la cola de los que cuentan con los planes publicados más deficientes. Y es que aún hay mucho por hacer y por avanzar en este asunto en nuestra ciudad, pues está muy lejos de que nuestros responsables y dirigentes políticos sean sensibles con este asunto y lo vean como un problema que realmente afecta al bienestar y a la salud de los guadalajareños.

Allá por Mayo del año 2021 pedí, a través de una moción, al entonces alcalde Alberto Rojo que elaborara un Plan para paliar este problema en la ciudad; pues cuando llega este calor a Guadalajara es imposible “vivir” durante gran parte del día, debido a las altas temperaturas que se alcanzan en muchas zonas de la ciudad. En dicho Plan pedía que se realizase un inventario de todos aquellas zonas, parques infantiles y plazas que careciesen de zona de sombra y agua y se realizase un estudio de viabilidad sobre la instalación de un sistema de sombra, bien de carácter natural o con un sistema de cubiertas textiles, garantizando así unos lugares acondicionados y seguros.

Encontrar refugios climáticos en Guadalajara aún es algo anecdótico. Es urgente que se tomen medidas relacionadas con ganar sombras. Proteger a las personas más vulnerables debería ser una prioridad para nuestro Ayuntamiento.

Termino este texto siendo casi las diez de la noche y tenemos aún 35º en la ciudad de Guadalajara. Vivo en el centro de la ciudad y el fenómeno “isla de calor” aquí aún es más evidente debido a la presencia de aire más caliente que en otras zonas de la ciudad. La diferencia entre temperaturas tiene múltiples razones, algunas de ellas están relacionadas a que las ciudades están densamente construidas, pocas áreas verdes y pocos cuerpos de agua, lo que favorece que la radiación solar se disperse más lentamente. También los materiales que se usan en las construcciones tiene mucho que ver.

A nuestros gobernante locales les preocupa mucho las agendas globales, la salud mundial, el consumo elevado energético, la contaminación y la conservación de la biodiversidad de la tierra; pero ponen pocas soluciones locales a estas altas temperaturas que pueden afectar a la salud de los guadalajareños y al elevado consumo energético que sufrimos los guadalajareños con este efecto isla de calor. Y que decir de las noches toledanas que vivimos en Guadalajara cuando tenemos temperaturas más elevadas en la noche y que se dificulta el descanso nocturno; agravándose en personas con patologías previas.

Ojalá algún día, algún equipo de gobierno de nuestro Ayuntamiento se tome en serio este asunto y comience a implantar más zonas verdes y telas en sus plazas para que lleguen las sombras a nuestra ciudad y evitar así que las superficies se calienten tanto, para que favorezca la evaporación y, por tanto, den un mayor refrescamiento a estas islas de calor que tenemos en Guadalajara.

VIVIR DE LA POLÍTICA O VIVIR PARA LA POLÍTICA

Corren tiempos de comprobar los verdaderos principios e ideales que dicen sustentar muchos políticos que ahora tienen que abandonar su cargos por decisión estratégica de las élites de sus partido e incluso por la decisión de “gente de arriba por encima de ellos”. Corren tiempos de analizar los efectos de la incoherencia en la política entre lo que se dice y lo que se hace después de lo que se dice. Corren tiempos también de comprobar quien vino a vivir y servirse de la política o a servir en la política.

Me decía una amiga, curtida en política nacional y con muchas cicatrices de esas heridas abiertas que nos deja el paso por la política activa, que “no se debería entrar en política si no se tienen asegurados los garbanzos fuera de ella”. Es cierto, no debemos permitir ser cautivos de unas siglas de un partido ni de las élites dirigentes de ese partido por un sueldo. Hay que venir con verdadera vocación de servicio público a servir a la política con un oficio y con un modo de vida previo y alejado de la política. De no hacerlo, de no tenerlo acabarás posiblemente encadenado y sujeto a las decisiones espurias y los intereses y motivaciones económicas de esas élites y de esas conveniencias de esa gente de más arriba. Solo así, con el sustento económico fuera de la política -como dice mi amiga- “podrás mandar sobre tus principios” y serás libre en tu toma de decisiones y en tu dignidad.

En breve se debatirán mociones para que el Partido Popular rompa los acuerdos de gobierno que tiene en los Ayuntamientos. Guadalajara será uno de ellos. No saldrán adelante, hay muchos intereses de unos y de otros en seguir con este pacto envenenado adelante. Solamente cuando los “de arriba” decidan que ha llegado el momento de romper también en los consistorios se producirá. ¿Y que pasaría entonces? ¿Qué harían esos concejales sin esos garbanzos pagados fuera de la política? ¿El cargo y su sueldo o todo por el partido y por España?

Hay dos formas de hacer política; o se vive para la política o se vive de la política. Quien viene a ella a buscar la fuente de ingresos que permita realizar los proyectos personales y satisfacer su ego corre muchos riesgos. Quién quiere encontrar en ella una canalización de las pasiones de servicio y vocación para articular cambios en la sociedad y mejorar la vida de los ciudadanos disfrutará con ella.

¿SE ACABÓ LA FIESTA?

Según el barómetro de junio del Centro de Investigaciones Sociológicas -de José Félix Tezanos- la agrupación política «Se acabó la fiesta» tendría una estimación de voto del 1,5%, muy lejos del 4,59% que obtuvo en las europea.

El enfado, la desconfianza, el desinterés y la desafección hacia los partidos políticos y en general hacia la clase política cada día que pasa es más grande; y para muestra tan solo hay que mirar los datos de participación de las pasadas elecciones europeas que nos muestra una bajada al 49%, 11 puntos menos que en 2019.

Esta indignación y hartazgo explicaría el fenómeno Alvise y la entrada de «Se acabó la fiesta» en el Parlamento Europeo que posiblemente provoque un cambio también en el ecosistema político español, pero además provocará un cambio en sus reglas de juego.

El descrédito de la política día día va aumentando y está penetrando en todos los estratos de la sociedad española que ve a nuestra actual clase política como uno de los principales problemas que tiene el país. Los políticos han pasado a ser percibidos como parte del problema, no como la solución.

Es evidente que tenemos un problema muy serio con los partidos políticos y que ellos no quieren abordar. Los partidos no han evolucionado en su funcionamiento interno y los que llegan nuevos se acoplan al sistema como uno más, sin permitir dar alternativas a las personas que quieren participar en política de una forma más activa y más democrática. Los partidos deberían dar mayor protagonismo a sus bases, promover sistemas de elección interna abiertos y sistemas de control y transparencia.

Mientras esto llega, porque aún está muy lejos de aparecer, muchos ciudadanos parecen ya decididos a dar un paso al frente y asumir mayor protagonismo político por iniciativa propia y con los recursos comunicativos que nos permiten las redes sociales. Este es el caso de Alvise y su formación, mediante un activismo de nuevo cuño que ha encontrado en las nuevas tecnologías on line una fórmula también para liderar la transformación de nuestro Sistema Político; porque ahora cualquiera puede liderar los cambios a golpe de wasap.

Los partidos políticos además de secuestrar la democracia intentan acaparar y monopolizar el protagonismo en los modos de hacer política, sobre todo cuando se acercan los instantes electorales. No les gusta las nuevas fórmulas de activismo que surgen desde la sociedad civil. Les quita poder, protagonismo, sentido y les retrata. Estamos en un momento muy importante en el que los partidos están inmersos en sus batallas para ganar protagonismo, votos y credibilidad pero olvidan conectar con la gente de una forma real. No están a la altura y de momento la fiesta sigue.

Pin It on Pinterest