Decía un anuncio de una conocida cerveza que a veces necesitamos un poco de sur para no perder el norte. Su autor explica que todos tenemos un lado de cerebro “Norte” o responsable; lleno de rutinas, obligaciones, tareas obligadas y un lado “Sur”, o de goce, alegría y libertad, que se complementan. Es necesario alimentar ambos y mantener el equilibrio para no perder el rumbo.
Hay momentos en nuestra vida que parecen desafiantes, pero lo que estamos haciendo es romper con eso estereotipos y formas de vida, que a lo único que nos conducen es a ese norte tan extremo, en el que a veces nos ahogamos. El desafío es una de esas formulas de viaje que permite mantener el equilibrio entre Norte y Sur. En ocasiones hay que recurrir a él para mantener el rumbo y no desorientarse.
En el verano nos volvemos más desafiantes, desafiamos hasta al sol, dándonos crema o poniéndonos gafas de sol para poderle mirar, sentirle, percibirle… En el verano somos más valientes, más atrevidos, más desafiantes con esas personas tóxicas que nos complican la vida y que apenas nos aportan cosas positivas.
Estas personas lo único que aportan es malos rollos, todo les parece mal y siempre lo malinterpretan o le dan un sentido peyorativo o doble intencionado. Son personas muy intrigadoras, avasalladoras, maquiavélicas, tremendamente absorbentes, acosadoras morales y muy intoxicadoras…Constantemente están viendo fantasmas donde no los hay. En un principio pasan desapercibidas, pero cuando terminas de hablar con ellas te notas cansado, con dolor de cabeza, enfadado, frustrado…notas un relax tremendo cuando les pierdes de vista o dejas de hablar con ellas.
Te intentan imponer su criterio y te hacen culpable si tu pensamiento se enfrenta al de ellos, contradices lo que dicen o te opones a sus estrategias. Son muy manipuladores y constantemente intentarán engañarnos y utilizarnos en beneficio propio.
La Psiquiatra y Psicoanalista Marie-France Hirigoyen, madre del término acoso moral, ha elaborado un decálogo para identificar y reconocer a esas personalidades tan tóxicas a primera vista y así poder evitar ser contagiados y secuestrados por ellas y por su modus operandi…Se las dejo por aquí para que desafíen sus intenciones…Vivir desafiando es viajar al sur para ir hacia el norte…El desafío es tan fundamental como bello.
1. Los amigos tóxicos tienen una gran capacidad psicológica, adivinan los temores y fantasmas de sus presas para saber cómo seducir a sus víctimas. Primero nos hacen creer que, con ellos, todo es posible, para luego manipularnos a su antojo. Como buenos manipuladores que son, saben adaptar su comportamiento, pero también sus principios y valores, en función de sus víctimas.
2. Saben darle la vuelta a una situación con mucha habilidad, llegando a presentarse como víctimas cuando en realidad son verdugos. Se trata de una falsa victimización, con el objetivo de seducir y limpiar el terreno para servirse de los demás cuando lo necesiten.
3. Son expertos en deformar la realidad mediante las mentiras parciales y el juego del doble lenguaje, puesto que controlar el discurso es una forma de controlar el pensamiento. Pueden mezclar insultos y halagos amables en la misma frase sin apenas inmutarse.
4. Son como depredadores, vampiros que no respetan la autonomía de los demás y les imponen sus propios criterios. Si al estar con ellos, una y otra vez nos sentimos cansados mentalmente, entonces debemos tomar nota porque es una alarma de que estamos siendo intoxicados.
5. No tienen principios o estos varían en función de sus objetivos o contexto y tratan de que los demás se alejen de su particular escala de valores.
6. Son impermeables a la culpabilidad y logran que seamos nosotros quienes nos sintamos mal.
7. Son excelentes estrategas, pacientes y constantes hasta que consiguen sus objetivos, pero poco creativos.
8. Les gusta sembrar la duda sobre las cualidades y las competencias de los demás para descalificarlos y eliminar su autoestima.
9. Esconden una incoherencia entre su discurso y su comportamiento: por un lado se llena la boca con propuestas altruistas, mientras que luego actúan sólo en base a su interés personal.
10. Los tabúes morales no existen para los “buenos intoxicadores”, puesto que conciben a los demás no como una persona digna de respeto o compasión, sino sólo como un objeto más o menos útil.