Siempre he considerado al teatro como una herramienta única para el desarrollo de valores importantes en la sociedad. Con él aprendes de emociones, de empatía, de creatividad, de trabajo en equipo, de colaboración, de confianza en uno mismo y en los demás, y de respeto hacia las diferentes perspectivas y opiniones. Para entender una obra es fundamental conocer a los protagonistas y de esa forma entender sus motivaciones y razones para actuar de esa manera a lo largo de la obra. Si tienes una idea más o menos clara de quiénes son los personajes y cuáles son sus objetivos, sus intereses y conveniencias, puedes entonces seguir el hilo de la trama y no perderte nada de lo que está sucediendo en el escenario. Además, conocer a los actores y sus personajes te ayuda a empatizar con ellos y a conectar con la obra de una manera más profunda. Si entendemos sus luchas y conflictos internos, podremos involucrados en la historia, posicionarnos y entender quiénes son y que buscan realmente.

Para entender por qué se ha despreciado y olvidado al campo y culpabilizado a los agricultores y ganaderos del deterioro de nuestra naturaleza y para conocer el porqué de las movilizaciones de los agricultores y ganaderos de estas semanas, al igual que en el teatro, hay que conocer los problemas, a los actores protagonistas que forman parte del conflicto y sus intereses y conveniencias. Respecto a los problemas, el primero es que se ha despreciado y olvidado al campo y culpabilizado a los agricultores y ganaderos del deterioro de nuestra naturaleza. El segundo es que los agricultores y ganaderos están sometidos a presiones económicas y leyes regulatorias nacionales y europeas que amenazan su subsistencia. Leyes como las que surgen alrededor de La Agenda 2030 bajo la excusas medioambientales que son una verdadera declaración de guerra al campo.

El gran pacto verde europeo y sus distintas derivadas en forma de directivas, reglamentos y estrategias como la estrategia de la biodiversidad y la de la granja a la mesa, que habría que derogar son un ejemplo de ello. También a nivel nacional en España hay más leyes derivadas de este gran pacto verde europeo como la estrategia nacional de la restauración de la naturaleza, la ley de uso sostenible de fitosanitarios, la ley de fertilizantes de usos agrícolas, la ley de derecho animal y tantas otras.

El primer actor es la PAC de la Unión Europea. Esa política agraria común está cargada de restricciones, de burocracia y de falso medioambientalismo. El segundo actor es el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación don Luis Planas y su paquete de 18 medidas para solucionar el problema. El tercer actor son todos esos interlocutores que el gobierno de España recibe como “interlocutores validos” para las negociaciones con el ministerio, que no son otros que las hiper subvencionadas organizaciones sindicales del campo muy vinculados a los partidos tradicionales desde su nacimiento: la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). El cuarto actor es un joven y popular sindicato muy mayoritario llamado Unión de Uniones y que el Gobierno no les reconoce como interlocutor en las huelgas de agricultores. El quinto actor es el colectivo o movimiento 6F de agricultores, ganaderos y pescadores independientes nacido en España a raíz de los movimiento europeos. Este movimiento se ha ido desgastado y perdiendo su capacidad de influencia, liderazgo y organización. Han convocado sus propias tractoradas y nació por el hartazgo del sector primario están hacia sindicatos y políticos. Ha surgido en redes sociales y son responsables de gran parte de las movilizaciones de agricultores durante estas semanas.

El ministro Luis Planas es el maestro de ceremonias de este postureo político y trata de embaucar con sus artes trileras a las organizaciones agrarias para que estas cesen sus movilizaciones y quejas en la calle. Los ánimos están muy cargados y Sánchez le ha pedido que quite ruido y crispación. Sus medidas propuestas afectan a competencias de la Unión Europea, son las relativas a las PAC y a los acuerdos comerciales con terceros países y también afectan al Gobierno estatal y a las comunidades autónomas. Las organizaciones agrarias terminarán por aceptar las medidas del gobierno; tienen sus intereses y están conectadas con el poder y dependientes de sus exquisitas subvenciones y demás conveniencias.

Las movilizaciones siguen porque los agricultores y ganaderos independientes no se conforman con las medidas y migajas que propone el ministro. Desconfían de sindicatos, de asociaciones agrarias, de políticos, políticas y del gobierno de Sánchez. Las medidas no mejoran ni solucionan el problema. Las mejoras de la cadena alimentaria que proponen no sirven para nada. Habla de simplificar y flexibilizar la PAC y lo que hay que hacer es derogarla y crear una PAC que esté exenta de burocracia inservible y de restricciones ambientalistas. La PAC tiene que servir para compensar costes de producción, hacerla rentable y que disminuya el precio de los productos de los consumidores. El ministro también habla de las clausulas espejo que son las condiciones que los agricultores españoles exigen que tengan también los países terceros extracomunitarios. Pero esto no depende del ministro, no puede dárselo. Corresponde a la comunidad europea hacerlo.

Detrás de todas estas decisiones políticas está la sombra de la Agenda 2030. Esta agenda con sus 17 objetivos y 169 metas y su aparente finalidad de «poner fin a la pobreza y el hambre y de proteger al planeta» y con su lenguaje voluntarista y rimbombante esconde un programa totalitario y liberticida. Su verdadero objetivo es sólo la dominación a través de la imposición de un nuevo orden mundial basado en un férreo control estatal y en la servidumbre de un ser humano despojado de derechos. Es una agenda totalitaria que aspira a controlar la totalidad de la vida de los individuos: que tenemos que comer, como debemos vestir, donde vivir, que tradiciones y costumbres debemos tener y cuales no, como debemos de relacionarnos con los animales etc. El concepto de libertad brilla por su ausencia. La libertad individual y la iniciativa privada son ninguneadas a favor de un constante intervencionismo estatal. Ahí, en esta agenda está la madre del cordero.

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