GUADALAJARA Y SUS ISLAS

Greenpeace ha realizado un estudio en el que ha analizado los planes de adaptación y medidas de mitigación para cuidar y proteger a la población de los efectos del calor extremo de 15 municipios españoles.

De los municipios analizados, Guadalajara está a la cola de los que cuentan con los planes publicados más deficientes. Y es que aún hay mucho por hacer y por avanzar en este asunto en nuestra ciudad, pues está muy lejos de que nuestros responsables y dirigentes políticos sean sensibles con este asunto y lo vean como un problema que realmente afecta al bienestar y a la salud de los guadalajareños.

Allá por Mayo del año 2021 pedí, a través de una moción, al entonces alcalde Alberto Rojo que elaborara un Plan para paliar este problema en la ciudad; pues cuando llega este calor a Guadalajara es imposible “vivir” durante gran parte del día, debido a las altas temperaturas que se alcanzan en muchas zonas de la ciudad. En dicho Plan pedía que se realizase un inventario de todos aquellas zonas, parques infantiles y plazas que careciesen de zona de sombra y agua y se realizase un estudio de viabilidad sobre la instalación de un sistema de sombra, bien de carácter natural o con un sistema de cubiertas textiles, garantizando así unos lugares acondicionados y seguros.

Encontrar refugios climáticos en Guadalajara aún es algo anecdótico. Es urgente que se tomen medidas relacionadas con ganar sombras. Proteger a las personas más vulnerables debería ser una prioridad para nuestro Ayuntamiento.

Termino este texto siendo casi las diez de la noche y tenemos aún 35º en la ciudad de Guadalajara. Vivo en el centro de la ciudad y el fenómeno “isla de calor” aquí aún es más evidente debido a la presencia de aire más caliente que en otras zonas de la ciudad. La diferencia entre temperaturas tiene múltiples razones, algunas de ellas están relacionadas a que las ciudades están densamente construidas, pocas áreas verdes y pocos cuerpos de agua, lo que favorece que la radiación solar se disperse más lentamente. También los materiales que se usan en las construcciones tiene mucho que ver.

A nuestros gobernante locales les preocupa mucho las agendas globales, la salud mundial, el consumo elevado energético, la contaminación y la conservación de la biodiversidad de la tierra; pero ponen pocas soluciones locales a estas altas temperaturas que pueden afectar a la salud de los guadalajareños y al elevado consumo energético que sufrimos los guadalajareños con este efecto isla de calor. Y que decir de las noches toledanas que vivimos en Guadalajara cuando tenemos temperaturas más elevadas en la noche y que se dificulta el descanso nocturno; agravándose en personas con patologías previas.

Ojalá algún día, algún equipo de gobierno de nuestro Ayuntamiento se tome en serio este asunto y comience a implantar más zonas verdes y telas en sus plazas para que lleguen las sombras a nuestra ciudad y evitar así que las superficies se calienten tanto, para que favorezca la evaporación y, por tanto, den un mayor refrescamiento a estas islas de calor que tenemos en Guadalajara.

DE GATO CALLEJERO A MISIFÚ

Me comentaba una amiga que su vida hace unos días cambió por la entrada en su casa de un gato callejero que le hizo descubrir la figura del gato como animal de compañía. La entrada de un gato en tu casa, cuando no has tenido nunca, es como una caja de sorpresas que no sabes que te puede deparar.

Los cachorros suelen ser adorables y muy demandados en muchos hogares deseosos de acoger a estos felinos tan peculiares, pero tienen la mala costumbre de crecer, de usar sus uñas, de comer, de cagar, de morder, de hacer ejercicio físico muy activamente, de ponerse brutos, de soltar mucho pelo, de jugar de una forma incontrolada y de vivir una media de entre 10 y 15 años.

Misifú, que así es como se llama el gato de mi amiga, ha supuesto un tesoro pendiente de descubrir para ella y es que cada día le sorprende con su especial forma de vida, su peculiar ronroneo, su posturas de dormir, su característico andar y tantas otras peculiaridades de Misifú. La realidad es que a mi amiga y a tantos otros que deciden adoptar un gato les falta cultura y educación sobre lo que, realmente, significa compartir la vida con un gato, y la magnitud sobre la decisión que supone incorporar un animal a la familia de forma responsable.

Le decía a mi amiga -porque ahora solo hablamos de gatos- que tengo un compañero de trabajo que vive en la zona de la calle Antonio Cañadas en Guadalajara capital, y que está desesperado con los gatos porque en ese barrio hay una colonia felina que está causando, como en tantos otros barrios de la ciudad, algunos problemas entre los vecinos derivados de estas colonias felinas. Es difícil gestionar estos tipos de colonias en las ciudades porque suelen aparecer una serie de problemas y conflictos vecinales vinculados a ellas como los ruidos por celos nocturnos, hedores de orines y excrementos, daños en las plantas de los jardines y en los coches, comida desperdigada por las calles y aceras etc.

Los gatos son las estrellas de muchas conversaciones y foros de internet y redes sociales y, sin embargo, cada año se abandonan 120.000 en España, que acaban en la calle. Estos animales asilvestrados están generando un problema de salud pública difícil de atajar y se han convertido, cuando se concentran en colonias, en una de las especies invasoras callejeras más dañinas que según informes técnicos causan la muerte por predación de ciertas especies de aves, de micromamíferos, de reptiles e invertebrados y también la transmisión de enfermedades. El gato es un depredador natural y aunque estén controlados y alimentados son un problema y tienen un impacto ecológico en las zonas donde están, ocasionando que biodiversidad de estas zonas disminuya considerablemente. Un gato en la calle, vacunado, esterilizado y en condiciones sanitarias óptimas, es un gato que sigue cazando durante los muchos años de vida que le quedan.

Si bien el Ayuntamiento de Guadalajara tienen la responsabilidad, en materia de estos animales, de asegurar la propiedad de los mismos, y la compatibilidad con la higiene, la salud pública y la seguridad de personas y bienes, así como la de garantizar a los animales una adecuada protección y buen trato, vigilando el cumplimiento y la activación del protocolo de Captura Esterilización y Suelta (CES) para regular todas las cuestiones que afectan a las colonias felinas; la realidad es que este método CES no resuelve el problema porque aparecen en escena gatos no castrados de personas que se desprenden de sus gatos pues, se fomenta el abandono cuando los vecinos saben que al deshacerse de su mascota serán atendidos con cuidados en la calle. La esterilización masiva, de poder aplicarse de manera efectiva, solo funcionaría a largo plazo, pero sigue sin resolver problemas urgentes. Los estudios dicen que para que funcione tienes que llegar a castrar a más del 70% de los animales y esto es complicado, porque coger un gato no es fácil.

Lo ideal sería que no hubiera gatos asilvestrados en la calle, como ocurre con los perros, habría que recogerlos y llevarlos a los refugios de animales para intentar que sean adoptados. De no hacerlo las colonias felinas terminarán siendo un gran problema en las ciudades. En Guadalajara también. Se debería empezar a educar para erradicar el abandono y penalizar a quien lo haga y por supuesto promover la adopción de los felinos que sean recuperados de las calles.

ATENCIÓN PUEBLO ESPAÑOL

Entras bajo tu propio riesgo. Aquí tenemos campanas que suenan regularmente. Gallos cantando temprano. Rebaños que viven muy cerca. Algunos incluso tienen campanas en el cuello. Agricultores y artesanos que trabajan para que tú puedas comer. Si no puedes soportarlo…¡ estás en el lugar equivocado! De lo contrario, aquí encontrará una cálida bienvenida y mucha amabilidad.”

Me contaba el alcalde del pueblo, en el que me encontré a la entrada del pueblo un cartel con este texto, que muchas de las personas que visitan su pueblo son consumidores idílicos del mundo rural y desconocen como es su día a día. Que este desconocimiento de la realidad y de su cotidianidad está generando ciertos conflictos. Uno de estas batallas en la que le toca mediar al alcalde es a causa de los animales. Me decía que algunas de las personas que les visitan no respetan ni al ganado ni a los perros pastores; que muchas veces meten a sus perros con los rebaños; los animales se espantan y esto genera el doble de trabajo para el ganadero y también malestar entre los animales. Los perros pastores también son foco de conflicto y generan conflictos prácticamente a diario. Según los ganaderos y vecinos del ámbito rural, los visitantes, se intentan acercar a ellos y al ganado para acariciarlos, hacerles fotos y darles comida, desconociendo que estos perros están educados desde pequeños a cuidar del ganado, a proteger las propiedades y que si se acostumbran a los desconocidos, ya no podrán hacer bien su trabajo.

Terminamos hablando del reto de atraer población a estos pueblos tan abandonados y los dos coincidíamos que para ello, no hay otra vía que cerrar la brecha en los servicios básicos y en las oportunidades laborales que ofrece el mundo rural. Que es necesario abordar la brecha entre lo rural y lo urbano no solo desde la óptica de la lógica económica y de la rentabilidad sino desde una lógica de la igualdad de derechos.

¿Cómo va a haber trabajo en estos pueblos como el mio si cerraron las escuelas, los centros médicos, las entidades bancarias, las farmacias, el bar, los cuarteles de la Guardia Civil, las líneas de tren y la mayoría de servicios? Me cuestionaba con mucha indignación. “Es evidente, antes la gente que atendía esos servicios se quedaba a vivir en los pueblos. Todo fue un verdadero proceso de desmantelamiento” me sentenciaba.

Es muy complicado vivir en estos pueblos con las escuelas de estos pueblos cerradas, en los que los pocos críos que quedan en el pueblo tienen que levantarse a las 7 de la mañana para desplazarse en las rutas escolares de 45 minutos de duración o más. Es muy complicado vivir en estos pueblos que es imposible teletrabajar en muchos casos, y es que tener una conexión decente a internet es un milagro en muchos casos, especialmente en algunas comarcas, en las que esas conexiones a internet o no existen o son de muy baja calidad.

Es muy complicado vivir en estos pueblos en los que no hay transporte público en condiciones. Es muy complicado vivir en estos pueblos en los que los servicios sanitarios son tan escasos, puesto que han sufrido un progresivo deterioro debido a la baja densidad y al aislamiento. Es muy complicado vivir en estos pueblos en los que no hay trabajo y o lo llevas tú el trabajo o no tendrás muchas más salidas que dedicarte al vapuleado sector primario. Es muy complicado vivir en estos pueblos si no dispones de una oferta suficiente de viviendas a precios asequibles. En muchos de estos pueblos hay una elevadísimo porcentaje de viviendas vacías que solo se emplean algún fin de semana, o en vacaciones, pero que no salen al mercado.

A pesar de todas estas complicaciones y algunas otras, sigue habiendo muchos motivos para irse a vivir a estos pueblos. Esa paz que a veces no llegamos a valorar y ese contacto directo con el medio natural te permite llevar unos hábitos de vida más saludables. Eso sí, en ocasiones vivir en un pueblo puede ser un gran inconveniente para muchas personas al no ser del todo compatible con sus inquietudes, con sus costumbres, con sus faenas o simplemente con su día a día.

DESPROTEGER AL LOBO PARA PROTEGERLO

Ayer salió adelante una Proposición de Ley del PP para modificar el Real Decreto que desarrolla el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) en el que está incluido el lobo, con objeto de rebajar el régimen de protección de las poblaciones al norte del Duero, incluyendo su gestión a través de la caza y que este pase de ser una especie «protegida» en vez de especie «estrictamente protegida», permitiendo así el sacrificio y control poblacional de lobos como medida de gestión al norte del Duero. La Comisión Europea también pidió el pasado mes de diciembre rebajar la protección integral que ahora reciben las poblaciones de lobo debido al aumento de ataques a ganado y conflicto con comunidades locales en distintos puntos de Europa.

Guadalajara no está al margen de este asunto pues los ganaderos de la sierra Norte son sufridores y víctimas de estas políticas y se han sentido solos desde hace muchos años, abandonados por las administraciones y solos también frente al lobo, que ataca a terneros y ovejas guadalajareñas. El lobo es una especie clave en el funcionamiento de los ecosistemas, controla el número de poblaciones de herbívoros y depredadores de rango medio en la cadena trófica que a su vez afecta a los sistemas vegetales, hidrológicos y a la incidencia de enfermedades. Para conocer el problema del conflicto social del lobo en España es necesario e importante hacer un viaje al pasado, a los años 70 y hablar del naturalista y divulgador más importante de la historia natural española, que no es otro que el Doctor Félix Rodríguez de la Fuente. El lobo ibérico está asociado a su figura de manera indisoluble. Nadie como él lo ha protegido y luchado por por su conservación. Fue su principal defensor para evitar su extinción en nuestro territorio. Fué el gran icono del ecologismo en España. Es importante saber que en los años 70 había en España 350 lobos. Félix consigue incluirlo en la Ley de caza de 1970 como especie cinegética. Esto le pone en valor y lo salva de su desaparición. Félix lo tenía claro, no había que condenar al lobo ibérico a su aniquilación como especie, pero era necesario su control poblacional y su expansión para paliar y minimizar los innegables daños ocasionados.

Este eterno problema del lobo y el hombre que hay en España no se solucionará con la ley ultrapotecionista promovida y amparada en un solo lado que tenemos ahora mismo; eso es condenar a una guerra continua entre ganaderos y conservacionistas si no se escuchan ambas partes y ambos intereses. Toda esta ultra protección del lobo derivará en la aparición de plomo, de trampas, de fuego y de veneno, en furtivismo y en ‘me tomo la justicia por mi mano’: en una guerra del lobo. Es necesario encontrar un equilibrio entre todos los sectores implicados por el bien de la especie. La conservación del lobo necesita de consensos y de acuerdos con todos los agentes implicados en su gestión: administraciones autonómicas y locales, mundo científico, ganaderos, conservacionistas… en pos de una coexistencia entre el cánido, la ganadería extensiva y la caza.

Se preguntarán ustedes que deberíamos hacer para solucionar el problema. En mi opinión la clave está en acabar con el conflicto social; el mayor problema de conservación del lobo es el conflicto social. Ayer nuestros políticos no hablaron nada de este conflicto entre el mundo rural y el mundo urbanita, entre ganaderos y cazadores contra ecologistas y ultraproteccionistas. Entre administraciones. Hace falta un plan de gestión que permita una eficaz conservación del lobo dentro de un marco de coexistencia con el mundo rural. Se debería controlar las poblaciones de lobos para minimizar las depredaciones sobre el ganado y seguir manteniendo una población viable de la especie. Se debería asegurar una convivencia posible entre la expansión de la especie y la permanencia, imprescindible, de la ganadería extensiva y tradicional. Hay sitios donde el lobo hace mucho daño. Ese control poblacional se debería hacer con una gestión más técnica. Con controles puntuales conducidos con criterios técnicos y no batidas aleatorias como se hace ahora. Se debería indemnizar y compensar de una forma adecuada y proporcional. Indemnizar bien y pronto. No con el valor estándar del animal sino por el valor de reposición. Indemnizar por el daño emergente y costes asociados.

Es falso que el lobo esté en peligro en España o que corra riesgo. Las manadas y ejemplares crecen, pero los ecosistemas no dan para más lobo, no tienen espacio. La naturaleza ya no es lo que era. No se puede pensar en procesos utópicos de recolonización y expansión del lobo en sus antiguos territorios. El futuro, desde mi punto de vista, está en crear reservas y protegerlas y en elaborar urgentemente un plan de convivencia estratégico efectivo y con el dialogo y consenso de ambas partes. Se tiene que escuchar a los verdaderos custodios de ese mundo rural y legislar tras haberlos escuchado y teniendo en cuenta sus intereses y su problemática para mantener los agro-ecosistemas. Ninguna solución podrá agradar a todos, pero todos tienen que ser parte de la solución.

Debemos proteger al lobo y a la ganadería extensiva que mantiene limpio el monte, reduce biomasa, reduce la contaminación mediante el secuestro de carbono, crea empleo, fija población y produce alimentos de alta calidad. Si queremos que haya relevo generacional y la gente joven se quede o se incorpore al campo, no podemos condenarlos a doce horas diarias de pastoreo para proteger su ganado; es preciso que puedan tener una vida más allá del trabajo. Si no es así, no habrá relevo generacional. Tenemos que desarrollar medidas de protección adecuadas, modernas y efectivas, a la vez que fomentar los sistemas de pastoreo. Se debe tasar en cada país el coste de coexistencia del lobo con la ganadería y la protección y esto no puede recaer sobre el ganadero sino en el Estado. Se deben formar a los técnicos de la administración y tener personas especializadas en este asunto.

Ahora quedan meses por delante de tramitación y enmiendas para llevar a término esta Proposición de Ley del PP y modificar el Real Decreto que desarrolla el LESPRE, pero no han de olvidar que la clave radica en solucionar el conflicto social que hay en torno al lobo.

LA GUERRA DEL AGUA

¿Se han dado cuenta como aparecen en escena los políticos cuando llegan las fuertes lluvias y aumenta el caudal de nuestros ríos y en consecuencia la de nuestros pantanos? Y también lo hacen cuando hay escasez y nuestras reservas hídricas están al límite; tanto los que les toca gobernar como la oposición. Yo a este tipo de política lo llamo la “política buitre”, la política de hienas, buitres y coleópteros: de carroñeros.

Cada vez que he hablado del problema del agua con algún político siempre dicen lo mismo, sea cual sea su partido, siempre habla de consenso, de que el agua debe de ser un campo de acuerdos y que entre todos se puede empezar a solucionar el problema tan grave que tenemos en España; que hay que equilibrar España y llevar agua desde donde sobra hacia donde falta, a través de un plan y un pacto nacional del agua.

Año tras año desde hace muchos años llevamos escuchando la misma cantinela pero estamos ya en 2024 con el problema del agua al límite y sin consenso en la solución. Año tras año nuestros partidos políticos -los del viejo sistema bipartidista y también los nuevos, que dicen que vienen a aportar soluciones- vuelven con la guerra del agua y vuelven a ocupar espacios en los medios de comunicación y en sus agendas políticas partidistas y electoralistas.

No se entiende que pasen los años, y los gobiernos, tanto regionales, como nacionales -de uno y otro signo-, continúen sin poner soluciones y sea una quimera alcanzar un acuerdo de amplia base en una cuestión tan relevante. Parece inverosimil que sean incapaces de ordenar los recursos hídricos de tal manera que puedan atender las necesidades de todas las regiones a través de una estrategia nacional en torno al agua. La derogación del trasvase del Ebro por parte del Gobierno de Zapatero en 2004 condenó a un punto muerto al Plan Hidrológico Nacional. Y, desde entonces, ningún Ejecutivo se ha atrevido a encarar un pacto nacional en esta materia.

Pasarán los años y seguiremos en la eterna batalla nacional y regional por un elemento habitualmente convertido en arma política arrojadiza. Guadalajara y su proyecto para la conexión entre el Sorbe y el Bornova es un claro ejemplo de esta guerra del agua. El Sorbe tiene unas aportaciones de unos 140 Hm3, de los que apenas puede embalsar más de 40. Si en años de abundancia, como este año, condujéramos parte de los excedentes hasta Alcorlo, se evitarán los desembalses y se podría satisfacer las necesidades de los regantes del Bornova y a las necesidades de la MAS. La construcción de ese túnel que iría por los municipios de Tamajón, Semillas, Zarzuela de Jadraque, La Toba y Arroyo de las Fraguas a traves de una conexión por gravedad debería ser una realidad, pero los intereses políticos y la batalla ideológica del agua en Guadalajara lo ha impedido. La evaluación de Impacto Ambiental encargada, publicada en el BOE el 24 de febrero de 2011, fue negativa y nunca se buscó reparar de alguna forma ese impacto. Al final va a llevar razón John F. Kennedy que dijo que “quien fuere capaz de resolver los problemas del agua, sería merecedor de dos premios Nóbel, uno por la Paz y otro por la Ciencia”.

LAS TRACTORADAS Y SUS PERSONAJES

Siempre he considerado al teatro como una herramienta única para el desarrollo de valores importantes en la sociedad. Con él aprendes de emociones, de empatía, de creatividad, de trabajo en equipo, de colaboración, de confianza en uno mismo y en los demás, y de respeto hacia las diferentes perspectivas y opiniones. Para entender una obra es fundamental conocer a los protagonistas y de esa forma entender sus motivaciones y razones para actuar de esa manera a lo largo de la obra. Si tienes una idea más o menos clara de quiénes son los personajes y cuáles son sus objetivos, sus intereses y conveniencias, puedes entonces seguir el hilo de la trama y no perderte nada de lo que está sucediendo en el escenario. Además, conocer a los actores y sus personajes te ayuda a empatizar con ellos y a conectar con la obra de una manera más profunda. Si entendemos sus luchas y conflictos internos, podremos involucrados en la historia, posicionarnos y entender quiénes son y que buscan realmente.

Para entender por qué se ha despreciado y olvidado al campo y culpabilizado a los agricultores y ganaderos del deterioro de nuestra naturaleza y para conocer el porqué de las movilizaciones de los agricultores y ganaderos de estas semanas, al igual que en el teatro, hay que conocer los problemas, a los actores protagonistas que forman parte del conflicto y sus intereses y conveniencias. Respecto a los problemas, el primero es que se ha despreciado y olvidado al campo y culpabilizado a los agricultores y ganaderos del deterioro de nuestra naturaleza. El segundo es que los agricultores y ganaderos están sometidos a presiones económicas y leyes regulatorias nacionales y europeas que amenazan su subsistencia. Leyes como las que surgen alrededor de La Agenda 2030 bajo la excusas medioambientales que son una verdadera declaración de guerra al campo.

El gran pacto verde europeo y sus distintas derivadas en forma de directivas, reglamentos y estrategias como la estrategia de la biodiversidad y la de la granja a la mesa, que habría que derogar son un ejemplo de ello. También a nivel nacional en España hay más leyes derivadas de este gran pacto verde europeo como la estrategia nacional de la restauración de la naturaleza, la ley de uso sostenible de fitosanitarios, la ley de fertilizantes de usos agrícolas, la ley de derecho animal y tantas otras.

El primer actor es la PAC de la Unión Europea. Esa política agraria común está cargada de restricciones, de burocracia y de falso medioambientalismo. El segundo actor es el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación don Luis Planas y su paquete de 18 medidas para solucionar el problema. El tercer actor son todos esos interlocutores que el gobierno de España recibe como “interlocutores validos” para las negociaciones con el ministerio, que no son otros que las hiper subvencionadas organizaciones sindicales del campo muy vinculados a los partidos tradicionales desde su nacimiento: la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). El cuarto actor es un joven y popular sindicato muy mayoritario llamado Unión de Uniones y que el Gobierno no les reconoce como interlocutor en las huelgas de agricultores. El quinto actor es el colectivo o movimiento 6F de agricultores, ganaderos y pescadores independientes nacido en España a raíz de los movimiento europeos. Este movimiento se ha ido desgastado y perdiendo su capacidad de influencia, liderazgo y organización. Han convocado sus propias tractoradas y nació por el hartazgo del sector primario están hacia sindicatos y políticos. Ha surgido en redes sociales y son responsables de gran parte de las movilizaciones de agricultores durante estas semanas.

El ministro Luis Planas es el maestro de ceremonias de este postureo político y trata de embaucar con sus artes trileras a las organizaciones agrarias para que estas cesen sus movilizaciones y quejas en la calle. Los ánimos están muy cargados y Sánchez le ha pedido que quite ruido y crispación. Sus medidas propuestas afectan a competencias de la Unión Europea, son las relativas a las PAC y a los acuerdos comerciales con terceros países y también afectan al Gobierno estatal y a las comunidades autónomas. Las organizaciones agrarias terminarán por aceptar las medidas del gobierno; tienen sus intereses y están conectadas con el poder y dependientes de sus exquisitas subvenciones y demás conveniencias.

Las movilizaciones siguen porque los agricultores y ganaderos independientes no se conforman con las medidas y migajas que propone el ministro. Desconfían de sindicatos, de asociaciones agrarias, de políticos, políticas y del gobierno de Sánchez. Las medidas no mejoran ni solucionan el problema. Las mejoras de la cadena alimentaria que proponen no sirven para nada. Habla de simplificar y flexibilizar la PAC y lo que hay que hacer es derogarla y crear una PAC que esté exenta de burocracia inservible y de restricciones ambientalistas. La PAC tiene que servir para compensar costes de producción, hacerla rentable y que disminuya el precio de los productos de los consumidores. El ministro también habla de las clausulas espejo que son las condiciones que los agricultores españoles exigen que tengan también los países terceros extracomunitarios. Pero esto no depende del ministro, no puede dárselo. Corresponde a la comunidad europea hacerlo.

Detrás de todas estas decisiones políticas está la sombra de la Agenda 2030. Esta agenda con sus 17 objetivos y 169 metas y su aparente finalidad de «poner fin a la pobreza y el hambre y de proteger al planeta» y con su lenguaje voluntarista y rimbombante esconde un programa totalitario y liberticida. Su verdadero objetivo es sólo la dominación a través de la imposición de un nuevo orden mundial basado en un férreo control estatal y en la servidumbre de un ser humano despojado de derechos. Es una agenda totalitaria que aspira a controlar la totalidad de la vida de los individuos: que tenemos que comer, como debemos vestir, donde vivir, que tradiciones y costumbres debemos tener y cuales no, como debemos de relacionarnos con los animales etc. El concepto de libertad brilla por su ausencia. La libertad individual y la iniciativa privada son ninguneadas a favor de un constante intervencionismo estatal. Ahí, en esta agenda está la madre del cordero.

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