GUADALAJARA Y SUS ISLAS

Greenpeace ha realizado un estudio en el que ha analizado los planes de adaptación y medidas de mitigación para cuidar y proteger a la población de los efectos del calor extremo de 15 municipios españoles.

De los municipios analizados, Guadalajara está a la cola de los que cuentan con los planes publicados más deficientes. Y es que aún hay mucho por hacer y por avanzar en este asunto en nuestra ciudad, pues está muy lejos de que nuestros responsables y dirigentes políticos sean sensibles con este asunto y lo vean como un problema que realmente afecta al bienestar y a la salud de los guadalajareños.

Allá por Mayo del año 2021 pedí, a través de una moción, al entonces alcalde Alberto Rojo que elaborara un Plan para paliar este problema en la ciudad; pues cuando llega este calor a Guadalajara es imposible “vivir” durante gran parte del día, debido a las altas temperaturas que se alcanzan en muchas zonas de la ciudad. En dicho Plan pedía que se realizase un inventario de todos aquellas zonas, parques infantiles y plazas que careciesen de zona de sombra y agua y se realizase un estudio de viabilidad sobre la instalación de un sistema de sombra, bien de carácter natural o con un sistema de cubiertas textiles, garantizando así unos lugares acondicionados y seguros.

Encontrar refugios climáticos en Guadalajara aún es algo anecdótico. Es urgente que se tomen medidas relacionadas con ganar sombras. Proteger a las personas más vulnerables debería ser una prioridad para nuestro Ayuntamiento.

Termino este texto siendo casi las diez de la noche y tenemos aún 35º en la ciudad de Guadalajara. Vivo en el centro de la ciudad y el fenómeno “isla de calor” aquí aún es más evidente debido a la presencia de aire más caliente que en otras zonas de la ciudad. La diferencia entre temperaturas tiene múltiples razones, algunas de ellas están relacionadas a que las ciudades están densamente construidas, pocas áreas verdes y pocos cuerpos de agua, lo que favorece que la radiación solar se disperse más lentamente. También los materiales que se usan en las construcciones tiene mucho que ver.

A nuestros gobernante locales les preocupa mucho las agendas globales, la salud mundial, el consumo elevado energético, la contaminación y la conservación de la biodiversidad de la tierra; pero ponen pocas soluciones locales a estas altas temperaturas que pueden afectar a la salud de los guadalajareños y al elevado consumo energético que sufrimos los guadalajareños con este efecto isla de calor. Y que decir de las noches toledanas que vivimos en Guadalajara cuando tenemos temperaturas más elevadas en la noche y que se dificulta el descanso nocturno; agravándose en personas con patologías previas.

Ojalá algún día, algún equipo de gobierno de nuestro Ayuntamiento se tome en serio este asunto y comience a implantar más zonas verdes y telas en sus plazas para que lleguen las sombras a nuestra ciudad y evitar así que las superficies se calienten tanto, para que favorezca la evaporación y, por tanto, den un mayor refrescamiento a estas islas de calor que tenemos en Guadalajara.

¿SE ACABÓ LA FIESTA?

Según el barómetro de junio del Centro de Investigaciones Sociológicas -de José Félix Tezanos- la agrupación política «Se acabó la fiesta» tendría una estimación de voto del 1,5%, muy lejos del 4,59% que obtuvo en las europea.

El enfado, la desconfianza, el desinterés y la desafección hacia los partidos políticos y en general hacia la clase política cada día que pasa es más grande; y para muestra tan solo hay que mirar los datos de participación de las pasadas elecciones europeas que nos muestra una bajada al 49%, 11 puntos menos que en 2019.

Esta indignación y hartazgo explicaría el fenómeno Alvise y la entrada de «Se acabó la fiesta» en el Parlamento Europeo que posiblemente provoque un cambio también en el ecosistema político español, pero además provocará un cambio en sus reglas de juego.

El descrédito de la política día día va aumentando y está penetrando en todos los estratos de la sociedad española que ve a nuestra actual clase política como uno de los principales problemas que tiene el país. Los políticos han pasado a ser percibidos como parte del problema, no como la solución.

Es evidente que tenemos un problema muy serio con los partidos políticos y que ellos no quieren abordar. Los partidos no han evolucionado en su funcionamiento interno y los que llegan nuevos se acoplan al sistema como uno más, sin permitir dar alternativas a las personas que quieren participar en política de una forma más activa y más democrática. Los partidos deberían dar mayor protagonismo a sus bases, promover sistemas de elección interna abiertos y sistemas de control y transparencia.

Mientras esto llega, porque aún está muy lejos de aparecer, muchos ciudadanos parecen ya decididos a dar un paso al frente y asumir mayor protagonismo político por iniciativa propia y con los recursos comunicativos que nos permiten las redes sociales. Este es el caso de Alvise y su formación, mediante un activismo de nuevo cuño que ha encontrado en las nuevas tecnologías on line una fórmula también para liderar la transformación de nuestro Sistema Político; porque ahora cualquiera puede liderar los cambios a golpe de wasap.

Los partidos políticos además de secuestrar la democracia intentan acaparar y monopolizar el protagonismo en los modos de hacer política, sobre todo cuando se acercan los instantes electorales. No les gusta las nuevas fórmulas de activismo que surgen desde la sociedad civil. Les quita poder, protagonismo, sentido y les retrata. Estamos en un momento muy importante en el que los partidos están inmersos en sus batallas para ganar protagonismo, votos y credibilidad pero olvidan conectar con la gente de una forma real. No están a la altura y de momento la fiesta sigue.

EL DOMINGO TIENES QUE VOTAR… O NO.

«Yo el domingo no voy a ir a votar porque los políticos y este Sistema es una gran farsa llena de embusteros y embaucadores.» Esto me decía un vecino, ya nonagenario, con el que me gusta hablar de vez en cuando porque tiene una forma muy práctica de entender la vida y con mucho sentido común.

La verdad es que no me extrañó su respuesta ante mi pregunta de si iría el domingo a votar… Y es que existe una peligrosa tendencia al desánimo en la participación política, que suele reflejarse en las elecciones europeas con una disminución de la participación de casi diez puntos porcentuales respecto de las elecciones generales. «No votar no es una solución efectiva al hartazgo con el actual sistema de partidos, y se lo digo por experiencia vivida», fue mi respuesta.

Muchos de los votantes guadalajareños y de toda España mostrarán su hartazgo no yendo a votar este domingo. Sin duda se explicará fácilmente la gran abstención a partir de esta decepción tan generalizada hacia este sistema democrático tan poco representativo e inmaduro que tenemos. Para muchos ciudadanos es frustrante ver a los políticos tan alejados de la sociedad civil, tan poco ejemplares y sobre todo tan interesados. Actualmente nuestra democracia se encuentra en crisis por la falta de confianza, transparencia, ejemplaridad y efectividad de nuestros gobernantes para conectarse con los ciudadanos.

Continué la conversación con mi apreciado vecino diciéndole que la democracia debe de ir más allá del voto y de estas formas tan tradicionales y viejas de participación política que tenemos en nuestro Sistema. Debemos de hacer política desde la sociedad civil y buscar el fortalecimiento de los espacios cívicos que representen verdaderamente los intereses colectivos.

Le intenté explicar que el voto es un acto individual y que muchas veces responde al deseo o interés egoístamente personal de quien lo ejerce, pero que el voto – le decía- también es un acto estrechamente conectado con la dignidad y libertad de otros. Nuestro voto está ligado a los planes de los demás, a sus sueños, intereses o deseos. Votar también es un acto de solidaridad. Terminé la conversación pidiéndole que no se dejará abrazar ni embaucar, ni por la pereza ni por el hartazgo, pues la solución de nuestros problemas cotidianos reside, en gran parte, en una Europa que haga políticas de calidad.

Mi querido vecino con su voto, con su pequeño acto de solidaridad que a simple vista pareciese insignificante puede por un lado premiar o castigar determinadas opciones o proyectos políticos; pero sobre todo con su voto podrá ayudar a cambiar el mundo en el que vive porque las decisiones tomadas por el Parlamento Europeo afectan a la vida diaria de los guadalajareños; a nuestro comercio, a nuestra seguridad, a nuestra salud, a nuestro medio natural y rural, a nuestra economía y a tantas otras cosas muy importantes.

EBAU IGUAL PARA TODOS

Apenas falta poco más de una semana para que comience la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) de 2024. Muchos de nosotros la seguimos llamando Selectividad y aunque la esencia y lo crucial de la prueba sigue siendo la misma para que los estudiantes de segundo de Bachillerato puedan acceder a diferentes carreras universitarias según sus calificaciones, el procedimiento ha cambiado y tenemos hasta 17 pruebas de acceso a la Universidad muy distintas entre sí para cada territorio español. Y aunque la tendencia parece ser que camina a homogenizarlas, aún hay diferencias entre las selectividades de cada autonomía.

Los alumnos guadalajareños al estar vinculados a la Universidad de Alcalá de Henares serán los primeros aspirantes de España en realizar la EBAU, presentándose a la prueba a partir del día 3, 4, 5 y 6 de junio. Lo mismo sucede con la convocatoria extraordinaria, que tiene lugar un mes después, los días 2, 3 y 4 de julio.

Las razones por las que se ha llegado a tener diecisiete pruebas de acceso diferentes se debe a que las consejerías de Educación autonómicas no han respetado los contenidos mínimos establecidos, ni los porcentajes en los que cada uno debe influir en la nota final. En algunas comunidades se eliminan algunos temas, se disminuye el nivel de exigencia de algunos aspectos, se concreta qué tipos de preguntas aparecerán y que grado de opcionalidad se le permitirá al alumnado, mientras que en otras comunidades se siguen otros criterios completamente diferentes.

El agravio comparativo por las diferencias encontradas es enorme y posiblemente alumnos de una determinada comunidad autónoma en la que se haga una EBAU relativamente exigente, no pueda entrar en una Universidad a hacer el grado que desea, porque la plaza que él hubiera ocupado, ha sido ocupada por otro alumno que, aunque su nivel es menor, tiene una nota de EBAU más alta, ya que la ha hecho en una comunidad que es más permisiva. Esto solo se evitaría si todas las comunidades autónomas hiciesen la misma EBAU, solo así habría una auténtica igualdad de oportunidades para todos los estudiantes.

Otras desigualdades detectadas a parte de las diferencias en los contenidos a aprender en cada comunidad radica en las diferencias en la influencia de cada uno de los bloques de contenidos en la nota final, las diferencias en el tipo de preguntas del examen, las diferencias en el grado de opcionalidad, es decir en la proporción de preguntas que se pueden dejar de contestar del total de preguntas, y en los criterios de corrección a seguir por parte de los correctores. Y aunque les parezca mentira también hay grandes diferencias en los criterios de corrección. Solo la mitad de las comunidades dan criterios de corrección específicos. En relación a la ortografía sólo seis CCAA concretan la penalización por errores ortográficos. En algunas comunidades se dan indicaciones generales y en otras indicaciones más concretas y precisas al respecto ortográfico. Sólo la mitad de las comunidades dan criterios de corrección específicos; seis comunidades concretan la penalización por errores ortográficos; en unas no penaliza nada, en otras con más de más de 5 faltas ya se suspende el examen, mientras que en en otras tan solo se descuenta 3 puntos del examen y en otras se deja a la decisión del corrector.

La mejor solución para evitar este grave problema de desigualdades que hay entre las diferentes pruebas EBAU autonómicas, sería realizar la misma prueba en todas las comunidades autónomas y durante los mismos días. Así se aseguraría que alumnos de Guadalajara tendrían las mismas oportunidades que por ejemplo alumnos de Castilla la Mancha o que alumnos de Murcia por poner un ejemplo; y aseguraría que todo el alumnado que accede a la universidad lo hace en igualdad de oportunidades.

DE GATO CALLEJERO A MISIFÚ

Me comentaba una amiga que su vida hace unos días cambió por la entrada en su casa de un gato callejero que le hizo descubrir la figura del gato como animal de compañía. La entrada de un gato en tu casa, cuando no has tenido nunca, es como una caja de sorpresas que no sabes que te puede deparar.

Los cachorros suelen ser adorables y muy demandados en muchos hogares deseosos de acoger a estos felinos tan peculiares, pero tienen la mala costumbre de crecer, de usar sus uñas, de comer, de cagar, de morder, de hacer ejercicio físico muy activamente, de ponerse brutos, de soltar mucho pelo, de jugar de una forma incontrolada y de vivir una media de entre 10 y 15 años.

Misifú, que así es como se llama el gato de mi amiga, ha supuesto un tesoro pendiente de descubrir para ella y es que cada día le sorprende con su especial forma de vida, su peculiar ronroneo, su posturas de dormir, su característico andar y tantas otras peculiaridades de Misifú. La realidad es que a mi amiga y a tantos otros que deciden adoptar un gato les falta cultura y educación sobre lo que, realmente, significa compartir la vida con un gato, y la magnitud sobre la decisión que supone incorporar un animal a la familia de forma responsable.

Le decía a mi amiga -porque ahora solo hablamos de gatos- que tengo un compañero de trabajo que vive en la zona de la calle Antonio Cañadas en Guadalajara capital, y que está desesperado con los gatos porque en ese barrio hay una colonia felina que está causando, como en tantos otros barrios de la ciudad, algunos problemas entre los vecinos derivados de estas colonias felinas. Es difícil gestionar estos tipos de colonias en las ciudades porque suelen aparecer una serie de problemas y conflictos vecinales vinculados a ellas como los ruidos por celos nocturnos, hedores de orines y excrementos, daños en las plantas de los jardines y en los coches, comida desperdigada por las calles y aceras etc.

Los gatos son las estrellas de muchas conversaciones y foros de internet y redes sociales y, sin embargo, cada año se abandonan 120.000 en España, que acaban en la calle. Estos animales asilvestrados están generando un problema de salud pública difícil de atajar y se han convertido, cuando se concentran en colonias, en una de las especies invasoras callejeras más dañinas que según informes técnicos causan la muerte por predación de ciertas especies de aves, de micromamíferos, de reptiles e invertebrados y también la transmisión de enfermedades. El gato es un depredador natural y aunque estén controlados y alimentados son un problema y tienen un impacto ecológico en las zonas donde están, ocasionando que biodiversidad de estas zonas disminuya considerablemente. Un gato en la calle, vacunado, esterilizado y en condiciones sanitarias óptimas, es un gato que sigue cazando durante los muchos años de vida que le quedan.

Si bien el Ayuntamiento de Guadalajara tienen la responsabilidad, en materia de estos animales, de asegurar la propiedad de los mismos, y la compatibilidad con la higiene, la salud pública y la seguridad de personas y bienes, así como la de garantizar a los animales una adecuada protección y buen trato, vigilando el cumplimiento y la activación del protocolo de Captura Esterilización y Suelta (CES) para regular todas las cuestiones que afectan a las colonias felinas; la realidad es que este método CES no resuelve el problema porque aparecen en escena gatos no castrados de personas que se desprenden de sus gatos pues, se fomenta el abandono cuando los vecinos saben que al deshacerse de su mascota serán atendidos con cuidados en la calle. La esterilización masiva, de poder aplicarse de manera efectiva, solo funcionaría a largo plazo, pero sigue sin resolver problemas urgentes. Los estudios dicen que para que funcione tienes que llegar a castrar a más del 70% de los animales y esto es complicado, porque coger un gato no es fácil.

Lo ideal sería que no hubiera gatos asilvestrados en la calle, como ocurre con los perros, habría que recogerlos y llevarlos a los refugios de animales para intentar que sean adoptados. De no hacerlo las colonias felinas terminarán siendo un gran problema en las ciudades. En Guadalajara también. Se debería empezar a educar para erradicar el abandono y penalizar a quien lo haga y por supuesto promover la adopción de los felinos que sean recuperados de las calles.

ATENCIÓN PUEBLO ESPAÑOL

Entras bajo tu propio riesgo. Aquí tenemos campanas que suenan regularmente. Gallos cantando temprano. Rebaños que viven muy cerca. Algunos incluso tienen campanas en el cuello. Agricultores y artesanos que trabajan para que tú puedas comer. Si no puedes soportarlo…¡ estás en el lugar equivocado! De lo contrario, aquí encontrará una cálida bienvenida y mucha amabilidad.”

Me contaba el alcalde del pueblo, en el que me encontré a la entrada del pueblo un cartel con este texto, que muchas de las personas que visitan su pueblo son consumidores idílicos del mundo rural y desconocen como es su día a día. Que este desconocimiento de la realidad y de su cotidianidad está generando ciertos conflictos. Uno de estas batallas en la que le toca mediar al alcalde es a causa de los animales. Me decía que algunas de las personas que les visitan no respetan ni al ganado ni a los perros pastores; que muchas veces meten a sus perros con los rebaños; los animales se espantan y esto genera el doble de trabajo para el ganadero y también malestar entre los animales. Los perros pastores también son foco de conflicto y generan conflictos prácticamente a diario. Según los ganaderos y vecinos del ámbito rural, los visitantes, se intentan acercar a ellos y al ganado para acariciarlos, hacerles fotos y darles comida, desconociendo que estos perros están educados desde pequeños a cuidar del ganado, a proteger las propiedades y que si se acostumbran a los desconocidos, ya no podrán hacer bien su trabajo.

Terminamos hablando del reto de atraer población a estos pueblos tan abandonados y los dos coincidíamos que para ello, no hay otra vía que cerrar la brecha en los servicios básicos y en las oportunidades laborales que ofrece el mundo rural. Que es necesario abordar la brecha entre lo rural y lo urbano no solo desde la óptica de la lógica económica y de la rentabilidad sino desde una lógica de la igualdad de derechos.

¿Cómo va a haber trabajo en estos pueblos como el mio si cerraron las escuelas, los centros médicos, las entidades bancarias, las farmacias, el bar, los cuarteles de la Guardia Civil, las líneas de tren y la mayoría de servicios? Me cuestionaba con mucha indignación. “Es evidente, antes la gente que atendía esos servicios se quedaba a vivir en los pueblos. Todo fue un verdadero proceso de desmantelamiento” me sentenciaba.

Es muy complicado vivir en estos pueblos con las escuelas de estos pueblos cerradas, en los que los pocos críos que quedan en el pueblo tienen que levantarse a las 7 de la mañana para desplazarse en las rutas escolares de 45 minutos de duración o más. Es muy complicado vivir en estos pueblos que es imposible teletrabajar en muchos casos, y es que tener una conexión decente a internet es un milagro en muchos casos, especialmente en algunas comarcas, en las que esas conexiones a internet o no existen o son de muy baja calidad.

Es muy complicado vivir en estos pueblos en los que no hay transporte público en condiciones. Es muy complicado vivir en estos pueblos en los que los servicios sanitarios son tan escasos, puesto que han sufrido un progresivo deterioro debido a la baja densidad y al aislamiento. Es muy complicado vivir en estos pueblos en los que no hay trabajo y o lo llevas tú el trabajo o no tendrás muchas más salidas que dedicarte al vapuleado sector primario. Es muy complicado vivir en estos pueblos si no dispones de una oferta suficiente de viviendas a precios asequibles. En muchos de estos pueblos hay una elevadísimo porcentaje de viviendas vacías que solo se emplean algún fin de semana, o en vacaciones, pero que no salen al mercado.

A pesar de todas estas complicaciones y algunas otras, sigue habiendo muchos motivos para irse a vivir a estos pueblos. Esa paz que a veces no llegamos a valorar y ese contacto directo con el medio natural te permite llevar unos hábitos de vida más saludables. Eso sí, en ocasiones vivir en un pueblo puede ser un gran inconveniente para muchas personas al no ser del todo compatible con sus inquietudes, con sus costumbres, con sus faenas o simplemente con su día a día.

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