Este próximo 4 de diciembre se celebrarán las elecciones sindicales para el profesorado de la enseñanza pública de Castilla-La Mancha pública no universitaria. He leído con atención la mayoría de sus programas electorales, sus reivindicaciones, sus “logros” como les gusta decir y presumir a ellos y he de confesarles que ninguno ataca y martillea sobre el verdadero problema de la Educación, que no es otro que el que revela constantemente el informe PISA: la gran brecha educativa entre distintas comunidades autónomas, creando «17 sistemas educativos distintos» en España.
En los programas de ANPE, de UGT, de CCOO, de CSIF etc, veo propuestas de equiparación salarial, de ratios, de conciliación familiar, de formación, de acceso al cuerpo docente, de jubilación, de autoridad docente, de movilidad, de interinos, de convivencia, de ingresos y oposiciones, de inspección educativa, de retribuciones, de recortes etc. Pero no leo nada de la gran brecha y de las grandes diferencias entre los niveles de financiación pública educativa media, de que el sueldo de un maestro no es el mismo y cambia en cada comunidad en base a los complementos específicos y de destino de las CCAA, de las tasas de fracaso escolar y el abandono temprano, del número medio tan desigual de alumnos por profesor (Ratio) en cada comunidad.
Así como del número de días lectivos tan heterogéneo dependiendo de cada Comunidad autónoma. De cómo cambian las horas lectivas de los profesores de Secundaria en cada comunidad. De las horas de español en cada comunidad. Del gasto por alumno en cada comunidad, que llega prácticamente a doblarse entre los 5.000 a 10.000 euros aproximadamente, generadora de diferencias entre españoles. Del porcentaje de diseño curricular específico correspondientes a las CCAA. Así, provocando diferencias de cargas lectivas en materias troncales instrumentales, como las Matemáticas y la Lengua española, de más del 30% de variación según casos entre las comunidades autónomas. De los libros de texto que pueden tener 25 versiones distintas por exigencia de las comunidades autónomas debido a la diversidad curricular. De las diferencias en la gratuidad de libros. De las profundas diferencias entre comunidades en relación con la autonomía a los centros. De garantizar la libertad educativa y trasladar el poder de elección de centros escolares a los padres, para que ellos elijan en libertad, la educación que quieren para sus hijos.
Ningún sindicato habla de derogar la competencia de Educación para que las CCAA no tengan soporte jurídico alguno para ejercitar esta competencia y de recogerlo todo en un nuevo Estatuto de Autonomía, para de esta forma consigamos un modelo de sistema educativo común para toda España, homogéneo, plural, sin adoctrinamientos ni conveniencias ideológicas y estable.
Se supone que, en nuestro ordenamiento laboral, los sindicatos ostentan la representatividad de los trabajadores. Es decir, que actúan en nombre y por cuenta de los mismos. Que negocian por todos. Y que los acuerdos que alcanzan afectan a todos. ¿Qué sindicato representa ese 30% de españoles que quiere la devolución de competencias de Educación al Estado? Yo no encuentro por ningún lado esa representatividad y les confieso que la he estado buscando, en sus programas electorales, con cierta insistencia.
Sigo siendo uno de los muchos docentes que ve sombras y dudas en la actuación de los sindicatos. Soy uno de los muchos decepcionados con el modelo de sindicalismo que se hace en educación. Soy uno de los muchos cansados de no ver una verdadera defensa de la Educación, de los docentes, de sus condiciones laborales y de sus derechos. Soy uno de los muchos que se cuestionan vuestra labor y vuestro proyecto de trabajo, quizá porque estamos cansados de ver como vivís demasiado ocupados en vuestros proyectos de poder, de intereses personales y de servilismo político.
Sigo pensado y estoy convencido de lo mismo que pensaba hace muchos años: los partidos políticos, asociaciones patronales y sindicatos de trabajadores deben de financiarse exclusivamente por sus afiliados o simpatizantes y no por toda la ciudadanía.