Corren tiempos de comprobar los verdaderos principios e ideales que dicen sustentar muchos políticos que ahora tienen que abandonar su cargos por decisión estratégica de las élites de sus partido e incluso por la decisión de “gente de arriba por encima de ellos”. Corren tiempos de analizar los efectos de la incoherencia en la política entre lo que se dice y lo que se hace después de lo que se dice. Corren tiempos también de comprobar quien vino a vivir y servirse de la política o a servir en la política.

Me decía una amiga, curtida en política nacional y con muchas cicatrices de esas heridas abiertas que nos deja el paso por la política activa, que “no se debería entrar en política si no se tienen asegurados los garbanzos fuera de ella”. Es cierto, no debemos permitir ser cautivos de unas siglas de un partido ni de las élites dirigentes de ese partido por un sueldo. Hay que venir con verdadera vocación de servicio público a servir a la política con un oficio y con un modo de vida previo y alejado de la política. De no hacerlo, de no tenerlo acabarás posiblemente encadenado y sujeto a las decisiones espurias y los intereses y motivaciones económicas de esas élites y de esas conveniencias de esa gente de más arriba. Solo así, con el sustento económico fuera de la política -como dice mi amiga- “podrás mandar sobre tus principios” y serás libre en tu toma de decisiones y en tu dignidad.

En breve se debatirán mociones para que el Partido Popular rompa los acuerdos de gobierno que tiene en los Ayuntamientos. Guadalajara será uno de ellos. No saldrán adelante, hay muchos intereses de unos y de otros en seguir con este pacto envenenado adelante. Solamente cuando los “de arriba” decidan que ha llegado el momento de romper también en los consistorios se producirá. ¿Y que pasaría entonces? ¿Qué harían esos concejales sin esos garbanzos pagados fuera de la política? ¿El cargo y su sueldo o todo por el partido y por España?

Hay dos formas de hacer política; o se vive para la política o se vive de la política. Quien viene a ella a buscar la fuente de ingresos que permita realizar los proyectos personales y satisfacer su ego corre muchos riesgos. Quién quiere encontrar en ella una canalización de las pasiones de servicio y vocación para articular cambios en la sociedad y mejorar la vida de los ciudadanos disfrutará con ella.

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