por AntonioDeMiguelAnton | Abr 25, 2018 | Educación, Opinión, Política
Ayer, charlando en un parque con unos padres, me contaban que eran catalanes y que habían venido a vivir a Guadalajara por el acoso, humillación y rechazo que están sufriendo en Cataluña. Me comentaban estos papás que tenían mucho miedo cada vez que dejaban a su hijo en el colegio, miedo porque comenzaban a señalar a su pequeño por el mero hecho de no hablar catalán y querer una enseñanza en castellano.
Estuvimos hablando de la sentencia del Tribunal Superior Catalán que decretó hace unos años que el 25% se impartiese en castellano. Hablamos de cómo el artículo 117.3 de la Constitución se lo han saltado a la torera (117.3- “El ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales determinados por las leyes, según las normas de competencia y procedimiento que las mismas establezcan.”)
El artículo 117.3 de la Constitución es claro y contundente, todos lo tenemos claro que son los jueces en los Juzgados y Tribunales los que tienen que juzgar, me comentaba este padre; sin embargo lo que olvidan -y la Constitución es tajante en ello- es hacer ejecutar lo juzgado.
Todos tenemos claro que es a los jueces – Juzgados y Tribunales – a los que corresponde juzgar. Sin embargo, a veces se nos olvida -jueces incluidos- que el artículo 117.3 de nuestra Constitución también les atribuye hacer ejecutar lo juzgado. Estos padres no solo quieren sentencias favorables; quieren resultados prácticos.
La justicia no solo tiene que ofrecernos sentencias favorables, tiene que darnos hechos y resultados prácticos. Si un juez no puede o no quiere ejecutar lo sentenciado, entonces que modifique la sentencia, pero si no lo hace tiene el deber y la responsabilidad constitucional de hacer ejecutar lo juzgado, es decir tiene que llegar hasta el final, tenga las consecuencias que tenga.
Es evidente que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) cuando emitió un auto en el que obligaba a la Generalidad a aplicar medidas cautelares para garantizar la enseñanza también en castellano, tiene la obligación constitucional de ejecutar lo juzgado y tiene y debe de exigir la introducción del castellano en las aulas donde estén escolarizados los alumnos cuyos padres solicitaron por vía judicial la atención en castellano. Según este auto, con fecha 6 de marzo, el sistema «ha de adaptarse a toda la clase –o unidad escolar– de la que forma parte ese alumno» y tienen que ofrecerles una opción lingüística en la que el castellano, junto con el catalán, sea lengua vehicular en un mínimo de un 25% de las horas de clase.
Ya se hacía muy tarde, había que cenar y terminamos la conversación haciéndonos estas preguntas: ¿Dónde está su señoría? ¿Dónde está el fiscal jefe de Cataluña, dónde está el fiscal general del Estado, dónde está el Gobierno, dónde está el ministro de Educación, la Alta Inspección, para reclamar que se haga cumplir la sentencia del TSJC?
¿Estará habiendo una dejación de funciones o la omisión del deber de ejecutar lo juzgado?
por AntonioDeMiguelAnton | Abr 6, 2018 | Educación, Política
¿Debemos sacar la religión católica de las aulas? ¿Debe impulsarse la religión islámica en los colegios? Estas preguntas, tan contradictorias y a la vez tan enco
ntradas, me hacía hoy un compañero, maestro de Religión en un colegio de Guadalajara.
Es paradójico e ilógico que por un lado se esté pidiendo eliminar la religión católica del currículo, del horario lectivo y del ámbito escolar y por otro lado se esté reivindicando la introducción del Islam y otras religiones en las escuelas españolas.
Es absurdo que un elemento fruto y resultado de una larga tradición católica y que forma parte de la vida, de la identidad y tradiciones de muchos españoles, esté siendo equiparado e incluso ninguneado, por una creencia religiosa que choca con nuestras costumbres, con nuestra cultura, con nuestra ética, con nuestros principios, con nuestra moralidad y con la igualdad entre hombres y mujeres. Es inadmisible que algunas Administraciones persigan a la Religión Católica mientras, por otro lado no tienen ningún pudor en colaborar y participar en la implantación del islam.
Es inaceptable que reneguemos y renunciemos a defender nuestra religión identitaria en beneficio y en igualdad de condiciones a otras confesiones que no son propias de nuestro ADN cultural. Es inadmisible que siendo la religión católica tan mayoritaria en España dejemos que se introduzcan otras confesiones en los planes de enseñanza. No entiendo como la Iglesia, la Santa Sede, la Conferencia Episcopal aceptaron que la asignatura de Religión católica entrase a ser una enseñanza marginal, sin valor, sin espíritu. Su mirada fue muy cortoplacista en el 2006 con Zapatero y en el 1992 con Felipe González y en el 1996 y 2013 con Rajoy al admitir que cada una de las confesiones tendría el derecho a diseñar sus asignaturas, sus contenidos, a seleccionar y formar a su profesorado… Pero que eso significaría también poner en igualdad a todas las confesiones, fue el precio que pagaron por conseguir esa autonomía.
Menospreciaron y no tuvieron en cuenta que el resto de partidos, que el resto de religiones y cada modelo educativo autonómico empezarían a acorralar y ningunear a la Religión católica. Olvidaron que fue, era y sería imprescindible para comprender una serie de hechos de la historia de la humanidad, de la filosofía y de la cultura española. Olvidaron que comenzarían a perseguir a nuestra Religión sin rasgarse las vestiduras ni tener ningún reparo en ayudar a potenciar la implantación de programas como el de la enseñanza de la Lengua Árabe y Cultura Marroquí, en el que la selección y nombramiento de su profesorado de Lengua es competencia exclusiva de Marruecos y se realiza sin ningún control español; así como la confección del currículo, de los estándares de aprendizaje evaluables y de cualquier material didáctico y libros de texto ¿Permitiría la Alta Inspección Educativa cualquier exclusividad en materia educativa en otros aspectos o campos sin su control y supervisión? ¿Podemos fiarnos de que no habrá una intromisión del islam en nuestra cultura? ¿Estará siendo neutral o dejará la huella de la identidad musulmana por encima de la española? ¿Se está dando este programa en horas lectivas en paralelo a las clases de religión o de Valores Sociales y Cívicos?
He de confesarles que mi compañero me ha trasladado su intranquilidad por este asunto de la religión católica y también por la “sociedad multicultural” o “intercultural” que gran parte de nuestros gobernantes quieren para España. ¿Se han parado a pensar seriamente si quieren esta sociedad multicultural para España? A mi modo de ver, hacerlo es perder nuestra esencia, nuestra fragancia, nuestra alma, nuestras señas de identidad, nuestra historia.
por AntonioDeMiguelAnton | Feb 22, 2018 | Educación, Política
Cuando deja
s crecer un monstruo y lo alimentas día a día, el monstruo crece y se hace tan grande que no lo puedes controlar. El monstruo del independentismo se alimenta del silencio de los cómplices y bebe de la mirada hacia otro lado…Se nutre de la acciones y también de las inacciones.
Tras la sentencia del Tribunal Constitucional por el que anula los artículos de la LOMCE (ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa) con los que el Gobierno español obligaba a la Generalitat de Cataluña a pagar ayudas para garantizar que los hijos de las familias que así lo solicitasen pudiesen estudiar en castellano…Tras esta sentencia, el gobierno busca desesperadamente fórmulas para garantizar la elección del castellano como lengua vehicular en la educación en Cataluña.
El gobierno pretendía resolver el problema de la enseñanza en castellano en las aulas catalanas a través de unas becas de escolarización de alumnos en castellano en centros privados, pero acababa siendo repercutida en el gobierno autonómico, en una subvención que llegaba a un máximo de 6.000 euros por alumno al año. Es decir, la Generalitat debía pagar la enseñanza en castellano en centros privados a los alumnos que no dispusieran de ésta en centros públicos.
La sentencia dice que no se respeta el reparto de competencias entre el Estado y la comunidad autónoma, que el estado invade competencias de la comunidad autónoma. El monstruo del independentismo comió hasta hartarse ámbitos competenciales de la constitución y ahora se siente legitimado para revelarse e independizarse de la ley estatal. Estas comunidades independentistas se comportan como “pequeños estados” independientes, como pequeños monstruos capaces de devorar todo lo que encuentren en su camino.
Solo podremos derrotarle al monstruo de una forma fulminante, eficaz y clara devolviendo competencias. Solo así conseguiremos que el castellano sea lengua vehicular de aprendizaje y opción en todo el territorio español. Solo así lograremos eliminar las grandes diferencias entre los niveles de financiación pública educativa media. Solo así disminuiremos las tasas de fracaso escolar y abandono temprano por igual en toda España. Solo así igualaremos el número medio de alumnos por profesor (Ratio), tan diferente en cada comunidad. O que el número de horas lectivas de los profesores de Secundaria que tanto cambian en cada comunidad, sea el mismo para toda España. O que el gasto por alumno entre comunidades autónomas, que llega prácticamente a doblarse en algunas comunidades entre los 5.000 a 10.000 euros aproximadamente, generadora de tantas diferencias entre españoles, sea igual.
Solo así, con la devolución de competencias en Educación, conseguiremos que las diferencias de cargas lectivas en materias troncales instrumentales, como las Matemáticas y la Lengua española, de más del 30% de variación según casos entre las comunidades autónomas se desvanezca. Que no existan diferencias en el tratamiento de una asignatura según la comunidad autónoma…Y que en consecuencia un libro de texto puede tener 25 versiones distintas por exigencia de las comunidades autónomas debido a la diversidad curricular.
Solo así conseguiremos eliminar las profundas diferencias entre comunidades en relación con la autonomía a los centros, desde los que defienden la máxima autonomía para los centros a los que no quieren ni planteársela; de los que quieren que en los procesos de admisión existan zonas únicas de máxima libertad de elección de centros para los padres, a aquellos que defienden las zonificaciones atomizadas que prácticamente determinan que sea la administración la que elige escuela para cada alumno.
La aplicación de diferentes políticas claves están produciendo efectos de polarización de resultados finales que separan a las comunidades autónomas en más de un curso académico de instrucción acumulada en los alumnos de 15 años. Solo con la devolución de las competencias lograremos homogeneizar y garantizar la libertad educativa en España…Las demás propuestas que haga el Gobierno para eliminar el monstruo serán tan solo pequeñas piedras que lanzamos al monstruo y serán medidas insuficientes para atajar el grave problema que tenemos con la Educación en España.
por AntonioDeMiguelAnton | Ene 26, 2018 | Educación, Opinión, Varios
El violento asesinato de un matrimonio de 80 años en Bilbao, al parecer por dos menores de 14 años, evidencia la necesidad de reflexionar y de solucionar educativa y legalmente la criminalidad, la violencia y la agresividad de nuestros jóvenes.
Robos, asesinatos, tirones en la calle, destrucción de mobiliario urbano, actos violentos en la calle, en el fútbol, acoso a padres y a iguales, gamberrismo en edificios y transporte público, pintadas en la calle etc… La criminalidad juvenil crece exponencialmente, es un fenómeno muy complejo sobre el que hay que reflexionar mucho y sobre el que hay que tomar medidas tajantes. El excesivo proteccionismo y consentimiento del estado a los jóvenes; ese afán del sistema educativo de ponerlo todo demasiado fácil, placentero y sin esfuerzo; la permisibilidad y la justificación de todo de esos padres consentidores cada vez más distanciados intergeneracionalmente de sus hijos; la familia tan democrática, flexible e irresponsable respecto a su misión de educar e instruir a sus niños, carente de límites y normas; la sociedad tan débil y poco transmisora de valores y mirando siempre para otro lado en la educación de sus menores; la cultura consumista que ha creado modelos erróneos y necesidades artificiales y que practica un hedonismo insaciable incapaz de postergar la satisfacción del placer o de planificar con sensatez el futuro a medio plazo; un código penal incapaz de hacer responder penalmente de sus actos a sus jóvenes y de hacerles cumplir penas directamente proporcionales a los hechos, delitos o faltas tipificados en el Código Penal; el empleo precario, el desempleo crónico y las graves dificultades que encuentran estos jóvenes para acceder al mundo laboral y en consecuencia para emanciparse serian algunas de las causas que exacerban las violencias sociales y conductas antisociales continuadas y progresivas con las que nos enfrentamos día a día en nuestros jóvenes y que tanto nos cuestan controlar y gestionar debido a su impulsividad, a su hiperactividad, a su poco autocontrol y a su forma de solucionar los conflictos y de gestionar sus emociones.
O empezamos a poner soluciones firmes a esta cuestión o nuestra sociedad se deteriorará aún mucho más; pues en este asunto, todos somos parte del problema y por tanto de la solución.
por AntonioDeMiguelAnton | Dic 1, 2017 | Educación, Política
La asociación “Proyecto Inspección”, a través de uno de sus miembros, ha presentado un informe en el que afirman que el 80% de los inspectores de Educación catalanes han sido designados a dedo, mientras que la tasa en España es del 33%. Estos inspectores, llamados oficialmente “accidentales” se van renovando cada año y son nombrados en base a su antigüedad, a proyectos realizados y una entrevista personal mantenida con ellos. Los méritos, la experiencia profesional en el cuerpo que inspeccionará, la cualificación, la formación no son factores que se tengan muy en cuenta o que sean relevantes y definitivos para su elección. ¡Qué podemos esperar entonces de su actividad y acción inspectora!
Los servicios de Inspección educativa son los mecanismos de control que tenemos en Educación. Deben de asegurar el cumplimiento de reglamentos y mantener unas condiciones inocuas ideológicas de trabajo. Si ellos no lo hacen, lo hacen de de la forma inapropiada o lo hacen ignorando un problema, ocultándolo en vez de encararlo de una forma independiente y valiente, guiándose por sus convicciones, valores, ejemplaridad y responsabilidad y obligación profesional; entonces, además de estar fallándose a ellos mismos están incurriendo en un delito pues están haciendo mal su trabajo y faltando a sus responsabilidades.
La inspección educativa debe de ser independiente, profesional, autónoma y no debe de estar sometida a los imperativos subjetivos de la discrecionalidad y del control político y de la represión. Debe de ser técnica-pedagógica y no burocrática. ¡Hay que transformar su organización y reestructurarla! ¡Terminemos de una vez por todas con esta Inspección al servicio de la administración de turno y de intereses partidistas!
Exijamos una Inspección con «menos injerencia política» porque la falta de independencia es un problema muy grave de la inspección en casi todas las comunidades…Ahora es el momento de hacerlo y pedir estos cambios legislativos a través de la Subcomisión para el Pacto Estado Social y Político por la Educación, que hace poco iniciaba su caminar en el Congreso de los Diputados.
Si queremos soñar con un país realmente democrático y libre, necesitamos la democratización de nuestro sistema educativo. Cuanto mayor sea este, mayor será el grado de desarrollo democrático de un país. Y para ello necesitamos una Inspección educativa, profesional, libre, eficaz, cualificada e independiente de las distintas alternativas que la manipulan y la secuestran. Necesitamos que los miembros de esa Inspección sean seleccionados entre los mejores profesionales de la docencia, en cada una de sus etapas, Infantil, Primaria, Secundaria y Universitaria.
Si queremos soñar con una Inspección que no tiña de ideología nuestra Educación hemos de transformarla y para ello tenemos que parar a reflexionar y a respondernos preguntas tales como: ¿Cuáles deben de ser las atribuciones y las líneas de trabajo en un futuro por parte de los inspectores?¿Cómo debe de ser el proceso de selección y su formación?¿Cuál ha de ser el papel y perfil de estos inspectores? ¿Cuál ha de ser la referencia y modelo de inspector?¿Qué paradigma de Inspección deseamos para transformar el sistema educativo tan precario que tenemos?
Si queremos soñar que España tenga una Educación de calidad, que prepare y forme a nuestros jóvenes para la vida, necesitamos una Alta Inspección Educativa coherente, real y funcional. Esta Alta Inspección de Educación es una institución que nació como consecuencia de la nueva organización política de España en Comunidades Autónomas. Una vez concluido el proceso de traspasos competenciales en materia educativa, el Estado creó áreas funcionales de Alta Inspección de Educación integradas en las Delegaciones del Gobierno en las distintas Comunidades. Es un órgano del Estado que tiene una doble esencia, por un lado orgánica, integrada en el Ministerio de Administraciones Públicas a través de la Delegación del Gobierno en cada Comunidad Autónoma. Y otra esencia funcional que depende del Ministerio de Educación, Política Social y Deporte, en la actualidad de la Dirección General de Cooperación Territorial, bajo la dirección de la Subdirección General de Alta Inspección. En cada comunidad autónoma hay un alto inspector, una oficina de la Alta Inspección Educativa; y después en el Ministerio están centralizados los servicios.
Si queremos cambiar este modelo educativo lo primero que tenemos que creer es que es posible nuestro sueño, si no lo creemos poco podremos hacer; pues como decía el gran maestro Celestin Freinet: «No podéis preparar a vuestros alumnos para que construyan mañana el mundo de sus sueños, si vosotros ya no creéis en esos sueños; no podéis prepararlos para la vida, si no creéis en ella; no podríais mostrar el camino, si os habéis sentado, cansados y desalentados en la encrucijada de los caminos.»
por AntonioDeMiguelAnton | Ago 2, 2017 | Educación
Hace unos días me contaba una amiga que su hija no valora nada de lo que le da, que abre un regalo y juega de manera superficial con él, pues pierde interés rápidamente y muy fácilmente y que en ocasiones ni lo mira… Que siempre está ocupada en satisfacer sus necesidades y apenas valora el amor y todo lo que hace por ella… Que la chantajea emocionalmente y que enseguida se apega a otras personas con afán de sacar de ellos lo que quiere…Que cuando está con esas personas le hace un vacio emocional y no quiere saber nada de ella… Que cuando se va con su padre, en el periodo que le corresponde a él, apenas quiere hablar por teléfono con ella, que no le quiere contar nada y que rápido le da largas.
Esta amiga lo está pasando muy mal porque siente que su hija no la quiere y cree que es muy egoísta, interesada y que solo piensa en lo suyo…Y que para ello desplaza a su madre por cualquier sustituto momentáneo…Que busca familias adoptivas y “juguetes-personas” que satisfagan sus necesidades de ocio, alimentación, entretenimiento etc.
Le comentaba a mi amiga que los niños de ahora son niños muy consentidos porque corremos a darles todo. Que les malcriamos y les hacemos intolerantes y muy egoístas, pues dar todo forma a personas intolerantes y profundamente tira os. Además les hace agresivos y con capacidad de manejar sus emociones. Consentirles y darles todo no es bueno.
Le comentaba también que escuchar solo alabanzas les vuelve adictos a ellas, les crea un mundo irreal… Y que hacerles todo y evitar aquellas tareas difíciles en las que se sienten inseguros y acaban fracasando no es bueno. Es necesario embarcarles en actividades en las que no son buenos. Es bueno bajarles de esa posición de emperador en la que les hacemos vivir.
Otra de las cosas de la que hablamos es de un artículo que hace unos días llegó a mis manos, en el que se describe y se analiza el experimento de un profesor y orientador estadounidense: Kim Payne. En él, simplificaron la vida de los niños diagnosticados con un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Al cabo de tan solo cuatro meses, el 68% de estos pequeños habían pasado de ser disfuncionales a ser clínicamente funcionales. Además, mostraron un aumento del 37% en sus aptitudes académicas y cognitivas, un efecto que no pudo igualar el medicamento más prescrito para este trastorno, el Ritalin. Así que estar expuestos a demasiados estímulos -comentaba el articulo- provoca un estrés que se va acumulando y obliga a los niños a desarrollar estrategias para sentirse a salvo ya que se ha demostrado que un exceso de estrés durante la infancia aumenta las probabilidades de que los niños desarrollen problemas psicológicos.
El estudio dice que cuando los niños son abrumados con muchas cosas, muchas opciones por hacer y demasiada información no tienen tiempo para explorar, reflexionar y liberar las tensiones cotidianas. Se trata de dejar que los niños sean simplemente eso, niños y para ellos debes evitar: no llenarlos de tareas extraescolares, darles tiempo para jugar, pasar tiempo con ellos, crear un hogar con un ambiente tranquilo, asegurarse que duerman bien, limitar el uso de la tecnología, disminuir nuestras expectativas sobre su desempeño, simplificar su entorno con menos juguetes y más opciones para que echen a volar su imaginación.
Los resultados son muy reveladores, le comentaba a mi amiga y nos hace cuestionarnos si el entorno que le estamos dando a nuestros niños es sano y estable desde un pun to de vista mental y emocional.
El artículo nos habla de que este profesor, a inicios de su carrera, trabajó como voluntario en los campos de refugiados, donde tuvo que lidiar con niños que sufrían estrés postraumático. Payne apreció que estos niños se mostraban nerviosos, hiperactivos y continuamente expectantes, como si algo malo fuera a pasar de un momento a otro. También eran extremadamente cautelosos ante la novedad, como si hubieran perdido esa curiosidad innata de los niños.
Años más tarde, Payne apreció que muchos de los niños que necesitaban su ayuda mostraban los mismos comportamientos que los pequeños que provenían de países en guerra. Sin embargo, lo extraño es que estos niños vivían en Inglaterra, por lo que su entorno era completamente seguro. Entonces, ¿por qué mostraran síntomas típicos del estrés postraumático?
Payne piensa que aunque los niños de nuestra sociedad están seguros desde el punto de vista físico, mentalmente están viviendo en un entorno similar al que se produce en las zonas de conflictos armados, como si su vida peligrara. Estar expuestos a demasiados estímulos provoca un estrés que se va acumulando y obliga a los niños a desarrollar estrategias para sentirse a salvo.
De hecho, los niños de hoy están expuestos a un flujo constante de información que no son capaces de procesar. Se ven obligados a crecer deprisa ya que los adultos colocan demasiadas expectativas sobre ellos, haciendo que asuman roles que en realidad no les corresponden. De esta manera, el inmaduro cerebro de los niños es incapaz de seguir el ritmo que impone la nueva educación, y se produce un gran estrés, con las consecuencias negativas que este provoca.
Payne habla también del exceso y de cómo, como padres queremos darles todo lo mejor a nuestros hijos. Y que si un poco está bien, pues más y todo mejor. Por eso, comenta el artículo, ponemos en práctica un modelo de hiperpaternidad, nos hemos convertido, como bien define el autor del artículo, en «padres helicóptero» que obligan a sus hijos a participar en una infinidad de actividades que, supuestamente, les preparan para la vida.
Por si no fuera suficiente, llenamos sus habitaciones de libros, dispositivos y juguetes. De hecho, se estima que los niños occidentales tienen, como media, 150 juguetes. Es demasiado, y cuando es demasiado, los niños se sienten abrumados. Como resultado, juegan de manera superficial, pierden el interés fácilmente por los juguetes y por su entorno y no desarrollan su imaginación.
Por eso, Payne afirma que los cuatro pilares del exceso sobre los cuales se erige la educación actual de los niños son:
- Demasiadas cosas
- Demasiadas opciones
- Demasiada información
- Demasiada velocidad
Cuando los niños son abrumados de esta forma, no tienen tiempo para explorar, reflexionar y liberar las tensiones cotidianas. Demasiadas opciones terminan erosionando su libertad y les roba la oportunidad de aburrirse, que es fundamental para estimular la creatividad y el aprendizaje por descubrimiento.
Poco a poco, comenta el artículo, la sociedad ha ido erosionando la maravilla que implica la infancia, hasta tal punto que algunos psicólogos se refieren a este fenómeno como “la guerra contra la infancia”. Basta pensar que en las dos últimas décadas los niños han perdido una media de 12 horas semanales de tiempo libre. Incluso los colegios y las guarderías han asumido una orientación más académica.
Sin embargo, un estudio realizado en la Universidad de Texas ha desvelado que cuando los niños juegan deportes bien estructurados se convierten en adultos menos creativos, en comparación con los pequeños que han tenido mucho tiempo libre para jugar. De hecho, los psicólogos han notado que la forma de jugar moderna genera ansiedad y depresión. Obviamente, no se trata solo del juego más o menos estructurado sino también de la falta de tiempo.
La mejor manera de proteger la infancia de los niños es decir “no” a las pautas que la sociedad pretende imponer. Se trata de dejar que los niños sean simplemente eso, niños. La vía para proteger el equilibrio mental y emocional de los niños consiste en educar en la simplicidad. Para conseguirlo, comenta Payne, es necesario:
– No atiborrarles de actividades extraescolares que, a la larga, probablemente no le servirán de mucho.
– Dejarles tiempo libre para que jueguen, preferentemente con otros pequeños o con juguetes que puedan estimular su creatividad, no con juegos estructurados.
– Pasar tiempo de calidad con ellos, es el mejor regalo que pueden hacerles los padres.
– Crear un espacio de tranquilidad en sus vidas donde puedan refugiarse del caos cotidiano y aliviar el estrés.
-Asegurarse de que duermen lo suficiente y descansan.
– Reducir la cantidad de información, asegurándose de que esta sea comprensible y adecuada a su edad, lo cual implica hacer un uso más racional de la tecnología.
– Simplificar su entorno, apostando por menos juguetes y cerciorándose de que estos estimulan realmente su fantasía.
– Disminuir las expectativas sobre su desempeño, dejándoles que sean simplemente niños.
Magnifico artículo, me comenta mi amiga, buenísima reflexión cargada de verdad me comenta con cara de “que mal lo estamos haciendo” y de “cuánto hemos de cambiar.”
Acabamos la conversación mi amiga y yo pensando que no dejamos a los niños ser niños, que les hacemos adultos muy rápidamente, que queman etapas fugazmente y en algunos casos ni pasan por ella. Hemos de saber dar un giro a este asunto o tendremos generaciones de adultos ansiosos, depresivos, nada empáticos, egoístas, insolidarios, interesados y vacios de misericordia y compasión…En nuestra manos está.