Decía Sun Tzu en El arte de la guerra que “Se debe aprovechar cualquier circunstancia a favor de nuestro ejército y que permita manipular al enemigo, engañándolo y teniéndolo siempre confundido.”

El engaño y la mentira siempre han formado parte de la Psicología de la guerra…Creo que la guerra es la peor condena del hombre. Uno de los procedimientos que siempre se han usado para ganarlas, ha sido el de engañar también a tu gente; haciéndoles creer que están luchando contra una cosa muy muy mala: abominable, monstruosa…Y para ello, tienes que convencerles de que estás en el lado de los buenos, del bien y que los otro están en el lado del mal. De esa forma, tu ejercito lo dará todo y tú lucha será más eficaz. Se trata de hacerles ver que son víctimas del mal y que nosotros somos el bien, todo lo bueno…Así que se trata de manipular al enemigo y al amigo, engañándolo y apelando a su capacidad moral. Usan la indignación ajena para sus beneficios…Que tengan sentido de ir a la cruzada, a la batalla del bien y del mal.

Estos caraduras morales siempre se han aprovechado de la incapacidad de la gente para diferenciar el bien del mal y siempre han justificado sus actos utilizando “su” bien para acusar a “su” mal. Creen que ellos son el bien y determinan quien es el bien y quien es el mal, cuando en realidad lo que hacen es atender a asuntos para su propia utilidad y conveniencia. Menuda soberbia…¡Qué maldad!

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