CON MIEDO-SIN LIBERTAD

Admito de entrada, que nada de lo que van a leer podrán entender si no han tocado las narices al poder y a los que lo representan. Ellos ponen todos sus mecanismos en tu contra para imponerse, para que no levantes la cabeza ni la voz y para que no pongas en evidencia el mal olor que sale de las alcantarillas de este sistema de convivencia, que entre todos hemos creado y legitimado.

De entre todos los comportamientos delictivos en este asunto, el de prevaricación es el que me parece más monstruoso para someterte a los hilos del poder. Es el que más daño hace en aras de conseguir una sociedad con autentica libertad. Crea una sociedad tan tremendamente injusta que le impide ser libre…Es la mejor manera de ostentar el poder, tener a una sociedad asustada y con miedo a lo que le pueda suceder si cuestiona el poder.

El ADN de nuestra sociedad nos marca cómo y cuándo debemos expresarnos, nos define y conduce nuestro desarrollo y funcionamiento, es decir nuestro comportamiento y nuestra actitud. Este ADN ha mutado mucho y es de mala calidad en su secuenciación; ha construido una sociedad sumisa, silente, súbdita y profundamente miedosa.

Nuestra dignidad debería de estar por encima de todos esos miedos, debería ser pilar y motor para hacer frente a todos estos abusos de poder con los que convivimos, debería permitirnos vivir de una forma más justa y más libre.

Ahora son momentos de resistir, lo importante es soportar con dignidad, si lo haces, con el tiempo, puedes descubrir cosas impresionantes… Y yo soy paciente y persistente.

DESORDEN DE COLORES

Desde hace varios años vengo buscando la forma de ordenar y organizar este mundo en el que vivimos. En un principio pensé que iba a ser una tarea fácil, pero a medida que pasa el tiempo y profundizo en el asunto, me doy cuenta que lamentablemente no podré hacerlo solo. Delante de mí hay un sistema muy confuso y no puedo organizar el desorden de colores que hay en el. Hay una multitud de puntos negros, de cosas que no encajan o como diría Rodrigo Cortés, de luces rojas a modo de notas discordantes. Cosas que no deberían estar ahí, pero están. Laberintos complejos y muy contradictorios.

Siempre he querido cambiar este mundo injusto que pisamos. Parece ser tierra firme, pero en ocasiones es fangoso, resbaladizo y con muchas grietas. No es fácil enfrentarse a un modelo conocido y consolidado. Todos los que conozco que se han enfrentado a él han sufrido las consecuencias de hacerlo. Apartarse de las ideas aceptadas y romper con los paradigmas falsos del sistema es muy peligroso y se suele pagar un alto precio por romperlo. Se necesita ahínco y firmeza en tus creencias para atreverse a ordenar este desorden de colores. Es necesario constancia y persistencia para luchar por convicciones y no por conveniencias. Es fundamental ser muy tenaz en tu actitud para llamar a las cosas por su nombre y no con eufemismos. Hay que ser claro, rotundo y con voluntad de orden. Hay que quitarse el miedo y cambiar el modus vivendi o modus colorandis.

Hoy es domingo, pero tengo ganas de escribir, estoy disfrutando mucho de este momento, es muy importante para mí, porque hoy nace esta columna libre e independiente, desde la que quiero que reflexionemos sobre aquellos colores desordenados que no nos gustan del sistema. Y por supuesto de las soluciones que podemos aportar para organizar este desorden.

Cada uno vemos las cosas de un color. Ese color dice mucho de nuestras emociones, de nuestros gustos, de nuestros estados de ánimo, de nosotros; transmite mensajes. Los colores están unidos a las culturas de cada pueblo y cada sociedad desordena estos colores a su gusto y antojo. El color negro es para nosotros, desgracia, dolor, algo negativo; el luto para nosotros es negro y blanco para los asiáticos. El rojo es el color de la suerte para los asiáticos y el verde para los islamistas. El azul( blue) es tristeza para los anglosajones, joven para los japoneses, borracho para los alemanes y gay para los rusos.

Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, solo había dos colores: el negro que mandaba en la noche y el blanco que coloreaba el dia. Las madrugadas y anocheceres eran grises. Un dia, un tucán liberó el arco iris del secuestro al que estaba sometido. Desde entonces tenemos los colores que conocemos y ese tucán conocido por el nombre pico de iris, cuentan que ahora, anda atareado en ordenar los colores que entre todos hemos desordenado. Y es aquí, en este rinconcito, donde analizará desordenes, reflexionará, propondrá ideas y propuestas a modo de simples pensamientos de su mente, de su corazón, de su experiencia vital y profesional, con la intención de pasar de los pensamientos a los hechos y de la idea a la cosa.

Os dejo con una reflexión, que hace unos días me planteaban y que quiero compartir con vosotros: ¿Quién tiene el poder en el siglo XXI?¿ Cómo se ejerce?¿Es posible cambiar el sistema y que la sociedad participe de una manera más directa?¿Qué me dicen?

CON MIEDO-SIN LIBERTAD

Admito de entrada, que nada de lo que van a leer podrán entender si no han tocado las narices al poder y a los que lo representan. Ellos ponen todos sus mecanismos en tu contra para imponerse, para que no levantes la cabeza ni la voz y para que no pongas en evidencia el mal olor que sale de las alcantarillas de este sistema de convivencia, que entre todos hemos creado y legitimado.

De entre todos los comportamientos delictivos en este asunto, el de prevaricación es el que me parece más monstruoso para someterte a los hilos del poder. Es el que más daño hace en aras de conseguir una sociedad con autentica libertad. Crea una sociedad tan tremendamente injusta que le impide ser libre…Es la mejor manera de ostentar el poder, tener a una sociedad asustada y con miedo a lo que le pueda suceder si cuestiona el poder.

El ADN de nuestra sociedad nos marca cómo y cuándo debemos expresarnos, nos define y conduce nuestro desarrollo y funcionamiento, es decir nuestro comportamiento y nuestra actitud. Este ADN ha mutado mucho y es de mala calidad en su secuenciación; ha construido una sociedad sumisa, silente, súbdita y profundamente miedosa.

Nuestra dignidad debería de estar por encima de todos esos miedos, debería ser pilar y motor para hacer frente a todos estos abusos de poder con los que convivimos, debería permitirnos vivir de una forma más justa y más libre.

Ahora son momentos de resistir, lo importante es soportar con dignidad, si lo haces, con el tiempo, puedes descubrir cosas impresionantes… Y yo soy paciente y persistente.

CODARDÍA, SOBERVIA O MALDAD

Santiago Ramón y Cajal, un día, defendiendo la libertad para expresar sus pensamientos dijo: “Quien no tiene enemigos, nunca dijo la verdad, ni amó la justicia, ni defendió la Libertad de expresión”.

Una de las razones por las que escribo con cierta cotidianeidad, es porque me permite expresar con cierta libertad todo aquello que pienso, siento o percibo. La búsqueda de esta verdadera libertad, a través de la escritura -en ocasiones- te hace cuestionar la corriente general, te hace reaccionar a lo que te parece mal y te hace lanzar tus ideas, para hacer frente a situaciones que te resultan incomodas.

Descubrí hace ya mucho tiempo, que expresarte con esta libertad, incomoda a todos aquellos que por una razón o por otra, no tienen la necesidad, el interés o la capacidad intelectual para hacerlo. En ocasiones es necesario mostrar la cruda realidad de las cosas, sean cuales fuesen sus consecuencias y no con afán de hacer daño, venganza, orgullo o ira; sino porque a partir de conocer esa realidad, se puede proponer o encontrar una solución.

Con el tiempo, también descubrí, que defender como de verdad es uno, por encima de lo que piensen los demás, sin dar explicaciones a nadie tendría un precio. Esta forma de ser y de hacer, provoca en muchas de las personas que las sufren, respuestas como las de intentar eliminar y expulsar de su círculo a estos “buscadores de la verdad”. Intentan expulsarlas del grupo de Whats App, de lectura, de opinión, de amigos o de lo que sea, porque les resultan incomodas…Y lo intentan creyéndose dueños y señores de estos foros.

Detrás de reacciones de cualquier “expulsión” de este tipo, creo que se esconde o cobardía, soberbia o maldad. Nuestro ego elabora rápidamente una respuesta de ese tipo, que nace como fruto de esa mente reactiva y soberbia. Contradecir, opinar diferente y dejar ir sin resentimiento y sin lucha, es una lección muy difícil de aprender. Las invitaciones a expulsar a alguien, nunca han sido buenas soluciones.

Hace años que también descubrí la necesidad de defender mis ideas, mis sentimientos, mis razones, sin dar explicaciones a nadie para ser simplemente feliz, es lo que Ayn Rand denominaba el Egoísmo Razonable, la necesidad de pensar de vez en cuando en uno mismo para conseguir el equilibrio personal. “La verdadera libertad empieza en el individuo, en uno mismo”.

“Las expulsiones” siempre me han aportado energía para seguir luchando por defender mis ideas, mis puntos de vista, por romper con todo lo que creía injusto y con todos eso personajes, que tienen en este comportamiento su modus operandis. Eso sí, sin faltar el respeto a nadie, aunque algunos así lo vean, al mostrar la realidad de lo que sucede de una forma cruda, brutal y descomunal. Hay ciertos momentos de la vida, que para bien o para mal, nos definen. Y este te ha definido por completo.

A veces necesitamos un poco de sur para no perder el norte…A veces tenemos que salirnos del camino marcado, para poder entender el camino por el que vas…A veces es prioritario cambiar de ruta, de destino, de orientación… para poder estar a gusto contigo mismo…Pues uno NO debe adaptarse a algo en lo que NO cree.

ADOLFO SUÁREZ

La noticia de la muerte de Adolfo Suárez ha eclipsado hoy cualquier otra noticia en España. La estábamos esperando. Su hijo -con afán de máxima trasparencia- nos había anunciado previamente su carácter inminente… Creo que siempre hay una historia detrás de cada persona y una razón por la cual son como son…La historia de Suárez tendrá que ser contada algún día en su totalidad para comprender los silencios del pasado y el porqué de su soledad política; porque espiritual en mi opinión nunca la tuvo…Estaba muy lleno como para estar tan solo, tan vacio.

La muerte de Adolfo Suárez nos traerá, sin ningún género de duda, el debate sobre la necesidad de volver a la vieja política, a una política con dignidad, con valores, fuera de intereses y conveniencias de partido. Este debate no se debe de hacer para ir para atrás sino para adelante; de esta forma podremos crecer como nación, como estado, como pueblo… Pero si el debate es exclusivamente para ensalzar aquella falsa democracia que nació de la mano, de entre otros de Suárez, nos estancaremos y legitimaremos a esta dictadura de partidos que vivimos hoy, al abuso de poder de nuestra maltrecha clase política, a la impunidad de la que goza esta casta política…a sus privilegios. Legitimaremos también la total ausencia de valores de nuestros políticos, entre ellos el de respeto, la entrega y el cuidado de la sociedad civil española y por supuesto legitimaremos la ausencia total de mecanismos de control a este poder político.

No es momento de desempolvar la realidad de cómo nació aquella democracia con un afán de revancha o de venganza; es momento de mirar- como les decía- hacia delante, sin olvidar el pasado, pero para crear un mejor futuro y romper esos paradigmas falsos que acompañaron aquellos inicios de democracia, aquellos polvos que hoy traen estos lodos. Tan solo hemos de conocer el pasado para no cometer los mismos errores…No hay que volver al ayer con resentimiento o con nostalgia, hay que hacerlo para buscar las fórmulas y transformar aquella falsa democracia en una más limpia, más representativa, más cercana…Porque la realidad, esta realidad que empieza a alcanzarnos a todos, se aleja mucho de los principios de una verdadera democracia… Y como te refugies y no quieras verla acabará arrugando tu piel y engulléndote como una serpiente engulle a su presa. En nuestras manos está.

Paradójicamente Adolfo Suárez no recordaba su pasado; pareciese que nos quisiese decir que lo importante no radica en el camino andado sino en lo que nos queda aún por hacer…Y es que nos queda mucho camino por recorrer… No olvidemos eso. Descanse en paz.

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